Hace años el Fondo de Cultura Económica publicó una Colección de iconografía de grandes autores y pintores de México.
La colección se llama Tezontle.
En cada una de ellas se presenta al escritor o pintor en su infancia, con la familia, se muestra su vida pública, e imágenes con otros grandes personajes históricos.
Retratos, grabados y pinturas creación de grandes pintores contemporáneos también aparecen.
Se privilegia la imagen pero también hay una bibliografía y cada fotografía tiene su pie de foto con el año, el lugar y los personajes que encuentran en la imagen.
Archivos familiares y archivos públicos son los que dan cuenta de la vida de estos hombres, y mujeres.
Estos libros son una delicia ya que nos permiten ver al personaje elegido desde su infancia hasta su trayectoria y además conocerlos en su intimidad.
Grandes autores del siglo XX: como Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Agustín Yáñez, Juan José Arreola entre otros.
Uno de los más hermosos libros es: Escritores y Artistas de México. Fotografías de Lola Álvarez Bravo.
Qué mujer tan extraordinaria. Con su ojo de águila capta la esencia del personaje y los retrata con carácter y hasta bien parecidos.
Así nos regala las imágenes de David Alfaro Siqueiros, Luis Barragán, Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis.
En total más de 100 fotografías que dan cuenta de la vida cultural de México y los que contribuyeron para hacerla posible.
Una joya de libro. Hoy su archivo se encuentra en la Universidad de Arizona en Estados Unidos.
En el prólogo del libro a cargo del escritor Salvador Elizondo dice: “No es una de las paradojas menores de la historia del arte en México la ausencia de la única disciplina que constituye además de una práctica artística en sí misma, un documento histórico psicológico de enorme importancia: el retrato”.
En palabras de Lola Álvarez Bravo: “Con los retratos es especialmente trabajoso, porque la cámara es terriblemente indiscreta.
Yo siento y creo que todo el mundo siente que cuando tú estás viéndolo a través de una cámara, lo estés analizando toditito, estás viendo si la ceja es perfecta, si el ojo brilla, si esta gordo, si esta flaco, si es guapo, si es feo, sí quién sabe qué.
A lo mejor por eso la gente pone siempre una cara de retrato rarísima, y hay que manipularla, ablandarla, platicarle, distraerla hasta que se despoja de esa impresión terrible de la cámara y empieza a ser ella de nuevo, a relajarse.
Entonces es cuando se puede aprovechar y sacar, no la imagen física, dura y fría, sino a la verdadera persona.
Eso es lo que he hecho a lo largo de mi carrera. “
Miguel Ángel Porrúa el librero-editor también tiene una colección: Homenaje en la misma línea en donde también se privilegia las imágenes.
Esta colección se publicó en 1997.
Igualmente hay retratos en los libros en entrevistas como los de: Elena Poniatowska: Todo México, Al pie de la letra de Cristina Pacheco, Gritos y susurro de Denise Dresser, Entre la historia y la memoria de Silvia Cherem,
De frente y de perfil de Miriam Moscona con fotografía de Rogelio Cuellar, Personajes en la Comarca Lagunera de María Isabel Saldaña con imágenes de Melchor Cadena.
En estos libros la palabra es lo más importante pero se complementa con la fotografía del entrevistado.
La imagen, siempre la imagen nos da no sólo la vista, sino la panorámica de un mundo: el de México.