El 18 de febrero de 1993 nació una Cuetzpalin (lagartija) pero, el 9 de septiembre de 2019, la señora Mictecacíhuatl me dijo que aún no era el momento de morir sino de crecer y, a través del llanto que me provocó el dolor de mi cuerpo quemado, me permitió un proceso de metamorfosis para volver a nacer, ahora en Ce Cipactli (uno cocodrilo). El día de hoy, en el corazón de mi amado país, me presento honrando a mis ancestras, reconociéndome en el calendario que, el hombre blanco intentó destruir. Y como una lagartija o cocodrilo, tratando de regenerar no solo mi piel, sino junto a mis compañeras, tratando de hacer un México mejor. Al igual que cada una de ustedes, para ser parte de esta sociedad civil, necesitaba la asignación de un nombre y, mis padres me nombraron como María Elena Ríos Ortíz, pero un intento de feminicidio con ácido, avalado y amparado por el patriarcado, me rebautizó como la saxofonista mixteca quemada, en donde un integrante de la élite fascista, intentó matarme con ácido.
Somos hijas de Coatlicue, Chalchiuhtlicue y Xochiquetzal, mujeres medicina, mujeres autónomas. Pero, la civilización occidental nos señaló como brujas y comenzaron a borrarnos, comenzaron por quemar nuestros cuerpos y, siguieron con nuestras historias pero en silencio, sobrevivimos. La soberbia se acrecentó en los siglos XVlll y XlX, dejaron de nombrarnos. Las construcciones liberales y conservadoras, consideraron como HOMBRES, personas, gente o pueblo, solo a los varones blancos y libres. Imponiendo así una idea del hombre universal. Dando lugar al racismo y clasismo.
Tanta voluntad por ignorar nuestra existencia y negarnos una situación jurídica que, los científicos asimilaron a las mujeres e infancias, como razas inferiores.
Surgieron “grandes hombres de la ilustración” como Schopenhauer, quien dijo que: La mujer es, un animal inépto y estúpido aunque agradable y gracioso". O como Aristóteles, cuando afirmó que: "La mujer no necesita escritorio, tinta, papel ni plumas. Entre gente de buenas costumbres el único que debe escribir en la casa es el marido". Y no olvidemos a Martín Lutero, cuando dijo: “Aunque el hombre y la mujer sean dos mitades, éstas no son ni pueden ser iguales. Hay una mitad principal y otra subalterna; la primera manda y la segunda obedece".
¿Mitad? Nosotras no somos la mitad de nadie porque nacimos enteras, capaces de transformar al mundo, pero nos han tenido tanto miedo que insisten en querernos ver divididas.
Hoy en día, sabemos que ser niña no es sinónimo de inferioridad, si no me creen, volteen a ver a Adhara Pérez, la niña genio de Veracruz, con un coeficiente intelectual de 162. Las mujeres podemos deconstruir estructuras patriarcales a través de nuestra lengua originaria, si no me creen busquen a Yastaya Elena, lingüista Mixe. Las mujeres podemos buscar a nuestros desaparecidos y usar nuestra poesía como forma de protesta, si no lo creen, conozcan a Irma Pineda, poeta Zapoteca. Podemos ser migrantes y lograr ser pedagogas si investigamos sobre Nadia López, escritora Mixteca. Las mujeres, podemos cantar ópera en la lengua de nuestras madres mesoamericanas, si no lo creen es porque no han escuchado a María Reyna, soprano Mixe. Las mujeres podemos construir historias y llevarlas al cine y a la vez, exigir justicia por nuestros muertos, si no me creen, no han conocido a Ángeles Cruz, cineasta mixteca. Podemos ser madre y mujer música a la vez, sin un sentido romántizado y desde una legítima capacidad ¿ya escucharon a la banda femenil que dirige la maestra Lety Gallardo en la Sierra Mixe? Y solamente menciono algunas de todas las mujeres valiosas que representan y resisten en este México verdadero y profundo. Todas ellas con piel de bronce. Es un hecho, que jamás seremos las musas blancas, porque sin duda alguna, somos las artistas prietas.
Y con esto no quiero decir que los de piel blanca sean malas personas, pero existe y urge la necesidad de reconocer que, esta característica les permite tener privilegios, privilegios que germinan un pensamiento blanqueado, de superioridad sobre nosotras, en un México que duele, duele todos los días por la discriminación y violencia que genera su clasismo, racismo, machismo y transfobia, problemas sociales ejercidos hacia mujeres, mujeres trans e infancias.
Pero ¿por qué digo este contexto?
Porque para quitarnos el yugo hay que saber nuestra historia y así, no seguir condenadas a repetirla. Porque gracias a estos privilegios y la violencia que despiden, es el resultado de la injusticia que existe en un 96% de las mujeres quemadas con sustancias corrosivas en México. Mujeres que no somos hijas de un gobernante, legislador o empresario importante, porque somos hijas del pueblo esta situación no puede seguir siendo una impedimentos social para sentirnos seguras y ser libres.
Desde aquel 9 de septiembre de 2019, no sabía que, además de vivir un proceso médico doloroso, largo y cansado, tendría que vivir otros más y que para ello, tendría que enfrentarme a estructuras patriarcales, llenas de corrupción e inoperancia como lo es el Poder Judicial.
Sin reformas adecuadas que protegieran a más mujeres en mi situación, agredidas con ácido y otras sustancias corrosivas.
Varias puertas se quedaron cerradas, sin la mínima intención de girar su cerradura pero, muchas más se abrieron. El camino no fue fácil y tampoco lo sigue siendo hasta ahora, evité caer en la tentación de desistir. En aquel tiempo, en Oaxaca, no existía una Comisión de Víctimas como lo hay en esta mi querida Ciudad de México, tenía dos opciones: la primera era huir de mi país y que ganaran los agresores y sus aliados pero ¿por qué? Si yo no robé, no maté ni le hice daño a nadie. Decidí tomar la segunda; resistir. No quise ser estadística y me prometí que esta vez, ellos, los feminicidas, ya no debían ganar.
A mí no me trajeron a la Ciudad de México, yo llegué por necesidad y agradezco a todas, todos y todes, que me permitieran desde hace ya 4 años, hacer de este lugar, mi hogar.
El proceso en contra de mis agresores aún no termina debido a la camaradería que existe para con ellos. En donde, el autor intelectual, Juan Antonio Vera Carrizal, insiste en reclasificar el delito de Feminicidio en grado de Tentativa, por el de lesiones, su argumento es: ella toca el saxofón, ella sigue estudiando, ella da conciertos, ella va a un restaurante.
5 feminicidas: Vera Carrizal, Vera Hernández (prófugo), Ruben Loaeza Charrez, Rubicel Hernández Rios y Ponciano Hernández Yescas.
Mi proceso en búsqueda de justicia:
● 2 gobernadores
● 3 fiscales; 1 Rubén Vasconcelos Mendez
● 2 presidentes del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.
● 3 MPs, comisión de víctimas CdMx.
● 3 abogadas particulares, uno me intentó vender, la 2 se publicitó conmigo y terminó negociando para que a su esposo lo hicieran fiscal en Oaxaca. Diana Cristal.
● 5 jueces: 1 Víctor Jorge Luis Velasco Castellanos, 3 Teódulo Pacheco Pacheco, 4 María Teresa Quevedo Sánchez, y también deseo que el quinto no sea un juez sino un tribunal colegiado que es lo adecuado y mi derecho.
Un sin número de violaciones a mis derechos humanos y a mi dignidad tanto mía como de mi familia.
He conocido a mujeres extraordinarias, que a través de la empatía y amor en cada una de sus acciones, me han animado cuando la impunidad de manera irónica y prepotente, se golpea una y otra vez. conocí a Marcela Fuentes quien me dijo que estaba preparando una iniciativa de ley. Recuerdo muy bien esa tarde que platicamos porque la construcción de esa iniciativa comenzó con un proceso de catarsis, planeando para las futuras víctimas, evitando lagunas jurídicas que las pudieran perjudicar, y así nació la ley Malena.
La ley no es retroactiva sin gracias a la ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, el día de hoy la ley es la mejor evaluada en América Latina.
Agradecimientos
A mi madre quien en animó y amor por auxiliarme, también sufrió quemaduras de tercer grado por ácido y aún así me impulsó y fortaleció, a quién le debo la vida 2 veces y por quien el día de hoy estoy frente a ustedes celebrando esta reforma
A las compañeras sobrevivientes que acompañaron este proceso y quienes al igual que yo siguen buscando justicia.
Va por ti Elisa Xolalpa en Xochimilco, Leslie Moreno, Carmen Márquez en Xalapa Veracruz, Sandra, Zoe Montiel aquí en la CdMx, Jazmín Avuandez de Iztapalapa, por Fernanda en Huamantha, por la compañeras anónimas de Oaxaca y todo el país. Por las que ya no están y no deben ser olvidadas.
A la fundación Carmen Sánchez, Casa de muñecas Tiresias, Luisa Castro de ONU México.
A mi abogada la doctora Isela M. Instituciones como Fiscaliza CdMx, Sé mujer, Consejo Ciudadano, COA-CdMx, a mi amiga Marce Frente y gran equipo, Al congreso de la CdMx votación unánime y por supuesto al Gob. CdMx, llamado a todos los congresos y al federal.
El destino de la humanidad depende del ejercicio de nuestros valores.
No necesitamos permiso para ser libres compañeras, las cadenas las estamos rompiendo. Ni pena ni vergüenza, vergüenza ellos, los feminicidas
Lo logramos y lo hicimos todas, desde cada espacio que habitamos, resistimos.
Lo logramos #Nomásacido #Yaesley.
????️ | Participamos en la Conferencia de Prensa del @GobCDMX, encabezado por el Dr. @martibatres para presentar la publicación de la #LeyMalena????????en la Gaceta Oficial de la #CDMX.
— • ???????????????????? ????í???????? ???? (@_ElenaRios) February 21, 2024
Les comparto el discurso que hice pensando en todas y cada una de ustedes ????????.@FuenteMarce… pic.twitter.com/Wk47S9i8T4