No es aceptable la educación media y superior sin que existan los filtros que garanticen la calidad educativa. Por ejemplo, el examen de admisión y los siguientes por materia y su término; de otra manera, se masifica la población escolar que egresa de las escuelas en detrimento de su calidad profesional y personal. La exclusión de los jóvenes no inicia con el examen de admisión. Inicia mucho más temprano: con el acceso o falta de este a educación preescolar pero, sobre todo, con el acceso a cuidados y estimulación desde las primeras semanas de vida hasta los cinco años.
Cuando por decisión unipersonal se ataca el programa de estancias infantiles, persiste en la disminución en 50 por ciento de su presupuesto y se anuncia que dará el dinero directamente a las madres, defiende que permanezcan y aún se amplíen las diferencias a favor de los privilegiados y en contra de los niños y jóvenes más vulnerables.
Quizá se pueda entender el argumento recurriendo a la parábola bíblica de que: “Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”.
Eso es exactamente lo que ha hecho el mandatario de México que se precia de justo y cristiano: quitar al que no tiene lo poco que tenía. El efecto bíblico describe un efecto de acumulación de privilegios y de exclusiones que –a falta de intervención del Estado– exacerba las desigualdades.
Hechos son amores… se duda de la genuina voluntad del mandatario para favorecer a los más desvalidos. Más bien que su primer objetivo es construir una base social que prolongue el mandato suyo y de su partido lo más posible. Hacer lo que según él debió haber hecho el presidente Madero en cuanto llegó al poder: construir una base social y repartir tierras.
Lo que no se mide no se puede calificar. En todo el mundo existe la evaluación y la confirmación de lo aprendido; mientras más rigor, más preocupación por aprender y demostrarlo. Parece que estamos entrando a un mundo al revés. _
Reforma educativa sin exámenes
- Columna de María Doris Hernández Ochoa
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María Doris Hernández Ochoa
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