En esta semana estuve utilizando mi tiempo libre para vivir una nueva experiencia en el universo de las Bellas Artes, y es que una vez más la vida nos regala otra tendencia que nos demuestra cómo el teatro continúa siendo un fiel representante de la vida.
Teatrix es una plataforma en donde, debido a la cuarentena, los colectivos de artistas decidieron crear un espacio en donde los amantes de las obras de teatro pudiéramos continuar disfrutando de su trabajo.
Con un costo de 160 pesos me deleité con un contenido enorme de propuestas teatrales no solo de México sino del mundo, y esa cercanía fue la que por arte de magia despejó mi mente de una manera divina.
¿Qué nos regalan las artes que nos hacen sentirnos mejor? ¿De qué manera nos sanan? ¿Cuáles son las partes de nosotros que reconstruyen? ¿Qué es lo que haríamos y cómo nos sentiríamos si no existiera el arte?
Desde niña me refugié en los libros, en las historias, en los personajes, en las tramas, en los clímax y en los desenlaces, en la forma en que los finales se modifican y nos sorprenden; eso es lo que se vive y lo que me recordó entrar a Teatrix.
Debo admitir que son justo los nuevos formatos en el arte los que siento que son mi talón de Aquiles, y antes de vivir esta experiencia me resultaba muy difícil la idea de que pudiera cambiar mi perspectiva de una experiencia en vivo a una totalmente a online.
Admito sonriente y positiva que me equivoqué, que adoro la propuesta, que me sumo a esta nueva tendencia que además es sumamente accesible y que se puede disfrutar en familia desde casa. Ahora mismo no sé si seguirán cambiando todas las cosas que hemos conocido, o lo que ya teníamos establecido como lo era el teatro; de lo que sí estoy segura es que hay un antes y un después y eso debemos asumirlo.
Soy parte de ese pequeño porcentaje que jamás creyó vivir una actualidad tan surrealista, de la primera generación de maestros que nos graduamos con honores en pandemia, de los que dieron clases y solo conocieron a sus alumnos por medio de una camarita.
Aprendí a bajar mi ritmo de vida y disfrutar más a mi familia, a decidir más por mi paz mental que por aquellas pequeñas cosas que de un momento a otro nos llevan a desesperarnos porque algo mínimo salió mal, y justo en el medio del desastre me reencontré de nuevo con las artes y con el teatro online. _
