El diccionario define que el embarazo no deseado : “es aquel que se produce sin el deseo y/o planificación previa y ante la ausencia o fallo de métodos anticonceptivos adecuados y la inefectividad o no administración de métodos anticonceptivos de emergencia posteriores al acto sexual que prevengan un posible embarazo“... Si el concebir sin desearlo acarrea un problema personal y social por el brusco cambio de plan de vida y carrera, que ello suceda en una adolescente incurre en situación de alto riesgo.
Este se acentúa si se practica un aborto, que, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el 10% de las mujeres jóvenes embarazadas lo practican. La proporción de nacimientos de mujeres menores de 20 años, se ha mantenido sin grandes cambios desde 1990. De 18% a 17.4% en el año 2005, de acuerdo a los datos del INEGI 2006.
Dice la Secretaría de Salud en Tamaulipas , que el fenómeno se da porque la joven, sufre carencia afectiva y busca una razón por la cual luchar, busca reafirmar su sexualidad y desea trasgredir las normas sociales y familiares impuestas … busca llenar un vacío afectivo .
En nuestro estado, la situación en este sentido es alarmante, basados en datos de esa Secretaría difundidos por la Unión de Padres de Familia, al concluir el anterior ciclo escolar se registraron 2,525 jóvenes embarazadas siendo menores de edad, pero más alarmante es que de ese universo, 2,525 son niñas entre los 11 y los 17 años, constituyendo un delito para el autor, de acuerdo con el Código Penal.
El presidente de la Unión de Padres, ha afirmado que “es una situación que debe ser considerada como grave, dado los riesgos que representa para el bebé , así como para ellas por los trastornos en su salud”. La responsabilidad es de todos nosotros, especialmente de los padres, los maestros y de las autoridades.
Una joven con alta auto-estima, amada, bien comunicada con sus padres, con creencias firmes y metas claras bien definidas, está relativamente a salvo de ser parte de la estadística del problema.