En tanto el presidente López Obrador esgrime que su gobierno no es censor de periodistas, el atentado sufrido por Ciro Gómez Leyva la semana pasada en Ciudad de México es para hacernos reflexionar y pensar que en nuestro país la práctica periodística es cada vez más arriesgada.
Y aunque lo niegue el Jefe del Ejecutivo federal de que ha sido precursor y hasta consecuente de la crítica de los representantes de los medios de comunicación, la verdad es que nadie está a salvo de que cualquier día, cuando menos lo esperan, alguien que ha tenido el atrevimiento de criticar al mandatario, sin duda, será dilapidado en la tribunal inquisitorio en que se ha convertido el púlpito de la mañanera en Palacio Nacional.
El tabasqueño no acepta nunca, ni por equivocación, la crítica que por cualquier causa se refleja en los medios de comunicación, por errores u omisiones que han cometido sus colaboradores o él mismo durante su mandato.
Cuántas informaciones han surgido de boca del presidente de la República que no han sido las verdaderas y que cuando se corrobora lo que ha dicho o criticado y se le hace ver que ha cometido alguna equivocación, o bien, un ocultamiento de la verdad, AMLO reacciona de forma agresiva.
Y es lastimoso que en tantos años que llevamos de ejercer el periodismo con autenticidad y honradez, López Obrador se lance con todo desde su trinchera para echarle encima al “ pueblo sabio “ a quien lo enfrentó.
Si bien es cierto que, en los tiempos del PRI, las críticas al entonces mandatario de la nación eran tomadas quizá con más ligereza, hoy no existe ninguna condición favorable como para creer que el inquilino de Palacio Nacional será prudente y aceptará a pie juntillas que muchas veces no tiene la razón de todos los hechos que emanan de la llamada 4T.
La censura permanente a Gómez Leyva, López Dóriga, Loret de Mola, Sergio Sarmiento y otros más, ya deben de ser encauzadas hacia una mejor forma de resolución que por supuesto debe de partir como restañamiento de heridas en una operación cicatriz del presidente de México.
Antier, luego de que más de 130 periodistas de más influencia política en el país decidieron firmar y publicar un desplegado en contra de las críticas de López Obrador y del atentado de Gómez Leyva, el mandatario reviró la crítica y adujo que seguirá en contra de sus detractores, "conservadores y traidores a la patria".
La realidad que enfrentamos en México es cada vez más patética y lastimosa, porque los periodistas solo por el simple hecho de ser críticos e investigar la falta de la aplicación de programas presidenciales a la mayoría de los connacionales, son censuradas por él mismo.
Ya son muchas las instancias que han ventilado todos esas reprimendas del mandatario y que se reflejan de forma permanente, e incluso ya causan malestar incontrolable en todos y cada uno de quienes han sido víctimas del escarnio presidencial.
Falta un año, 9 meses y 7 días para que termine el régimen dé López Obrador y a pesar de lo que reitere, los mexicanos queremos que se vaya en paz con el deber cumplido, pese a que persistirá en gritar a sus adversarios, a sus críticos que “la mafia del poder” no lo dejó nunca trabajar.
Poco a poco se acerca ese día que se cumplirá por el inexorable paso del tiempo, en el que quedarán en la palestra todos los hechos que hemos atestiguado los mexicanos, que en muchas ocasiones han ido en contra del propio interés nacional.
Y aún con la censura de López Obrador y de sus incondicionales seguidores, el país retomará los sitiales en los que estamos acostumbrados a vivir los mexicanos.
Nada es para siempre, apunta el viejo adagio, cuando te asiste la razón. México será siempre grande por su gran estructura y sus inmensas ganas de vivir.
Notas de Trascendencia
Y a usted, amable lector, como siempre, le deseo una Feliz Navidad y que festeje en grande con la familia a su máxima expresión, en estos tiempos tan difíciles que enfrentamos todos por igual, pero que el Creador sigue en vigencia y en amor a ese prójimo que nos llena de grandes satisfacciones.
Muchas Felicidades!
Marco Antonio García
