Sin duda, al declarar culpable a Genaro García Luna de los cinco cargos graves que le imputó la Corte de Nueva York, inició el viacrucis del ex presidente Felipe Calderón, que hoy ya no podrá atar ni lanzar bocanadas de oxígeno para su causa.
Y era lógico pensarlo si su protegido y entonces todopoderoso secretario de Seguridad Pública, García Luna, aparecería como culpable ante el jurado estadunidense, lo qué ocurrió hace un par de días y que abrió aún más la acre crítica hacia el régimen calderonista auspiciada por el presidente López Obrador.
Todo ello producto de una mala planeación y ejecución del combate a los criminales, acabó por sucumbir ante los cuerpos policiales de México, que fueron permeados y corrompidos por los diversos cárteles asentados a lo largo y ancho de nuestra geografía.
En medio de una crisis política que por momentos parece desbordar todas las pasiones, los asuntos de la agenda nacional hoy han establecido un antes y un después en el entorno mexicano y, aunque se niegue, ya trastocaron el estado de Derecho qué nos caracterizó por centurias.
Hoy más que nunca, el país requiere de un rumbo cierto en donde los principales actores políticos del país encabezados por el propio López Obrador, se sumen al de la paz duradera, la que sin menoscabo de nada, ya no se disfruta en ningún lugar de nuestra querida nación.
La falta de respeto a las instituciones provocada por el Jefe del Ejecutivo federal, debe ser resarcida para que las aguas vuelvan a su cauce que fueron removidas y alborotadas en un afán protagónico por pretender cambiar el rumbo, que según AMLO fue mal situado por fifís y conservadores durante muchos sexenios.
Si ello sucediera en los próximos tiempos, entonces sí la ciudadanía valoraría lo que a su entender lleva a cabo el mandatario para sus gobernados en el que según sus dichos, siempre será para beneficio colectivo.
Por lo pronto eso no sucederá hasta que concluya la presente administración, debido a que el tabasqueño tiene “otros datos” que maneja a su arbitrio, aunque sus fáciles teorías vayan casi siempre en contra de las instituciones y de lo establecido.
Seremos también testigos en un par de días, de la marcha ciudadana convocada por agrupaciones civiles para llevarse a cabo en la capital del país y en más de 50 ciudades de la República, en la que la consigna única será la del respeto a la autonomía del INE, tan vilipendiado por el propio presidente de México.
La suerte está echada. Habremos de ser testigos fieles de la buena marcha del Instituto Nacional Electoral, pese a esos incesantes embates abonados y abanicados por López Obrador. ¿Hasta cuándo sucumbirán?
Notas de Trascendencia
José Pablo Gutiérrez Fernández, Síndico de Benito Juárez con cabecera en Cancún, lleva una incipiente y brillante trayectoria en la política quintanarroense.
Pese a su juventud, su talento, preparación académica y buenos oficios para tejer fino, lo sitúan ya en un escaparate de brillantez con luz propia como para ser nominado a la candidatura a la presidencia municipal del destino turístico por excelencia.
Dicen los avezados que Gutiérrez Fernández posee un legado de trascendencia como para ser designado por la alianza Morena-Verde Ecologista que gobierna Benito Juárez desde hace ya varios años.
Si permanece aplicado a la difícil tarea que le asignaron hace ya casi seis meses y de la que ha salido avante con decoro, es posible que sea el ungido a la presidencia cancunense el año próximo.
Su buena imagen y mejores oficios lo podrían catapultar a la joya de la corona de Quintana Roo. Habremos de esperar unos meses para ser testigos de ello.
Marco Antonio García Granados
