Al consumarse la traición de Alejandro Moreno, el tal Alito, al interior del PRI para aprobar el pase fast track de la Guardia Nacional a la Sedena, el campechano demostró ser un vulgar politiquero, un tahúr de la política, donde su máxima tribulación es primero traidor que preso por bandido.
Y es que el miércoles cuando se llevó a cabo la votación en el pleno de la Cámara de Diputados para que la instancia creada de carácter civil desde los tiempos que gobernó Felipe Calderón, y ya en este mismo esquema, con Enrique Peña Nieto, pasara a ser apéndice del Ejército Mexicano y no quedarse como instancia ciudadana.
Empero, con su “actuación” en el Congreso de la Unión, se notó la negociación del presidente López Obrador con el propio Moreno Cárdenas, porque se dirigió con sus homólogos camarales, con la misma ligereza como lo hace el mandatario cuando se refiere a sus llamados detractores.
Por supuesto que Alito Moreno, sin rubor, dejó en claro de qué piel está hecho, porque no le importó menos le bastó, convertirse en un cínico público, mientras salvaba el pellejo porque ya estaba sentenciado a morir en la horca por designios del fiscal de su estado, Renato Sales, quien le ha revisado con lupa todos los expedientes abiertos por las pillerías del todavía líder del PRI.
En igualdad de circunstancias el también ex mandatario campechano demostró ser un personaje sin escrúpulos, tras tirarse al suelo con el propio Jefe del Ejecutivo federal, quien se dio el lujo de mandar al multireferido legislador, -que lo mismo traiciona a sí mismo que a sus seguidores- a “convencer” a sus correligionarios para aprobar la referida ley.
Lo que sí quedó en claro es que la alianza partidista Va por México, integrada por el tricolor, el PAN y el PRD, ya quedó para la historia toda vez que el PRI con sus diputados federales buscaba ser la cabeza de ese ente político, confeccionado a partir del 1 de septiembre del 2018 cuando tomó posesión la LXVII Legislatura federal.
Tras la aprobación de la multicitada legislación, los más ofendidos de la actitud adoptada por el aún dirigente del Revolucionario Institucional fueron Marco Cortés y Jesús Zambrano, dirigentes del PAN y el PRD, quienes molestos por la desfachatez del priista, lo descalificaron de convenenciero y falso. Nos engañó y utilizó, refunfuñaron ambos líderes.
Ahora será importante observar cuál será el rumbo que tome esa tripleta, la cual hicieron de real lucha partidista, toda vez que el Partido de la Revolución Democrática no cuenta con muchos representantes populares como para hacer temblar a las huestes de Morena en los comicios del año próximo en el Estado de México y Coahuila y para el 2024, en la elección presidencial.
La moneda está en el aire.
La alianza Va Por México podría subsistir si Moreno Cárdenas queda al margen, sin importar que le queden días o semanas al frente del PRI.
Lo que sí quedó en claro con el “dirigente” priista como decía el general MacArthur “puede más la fuerza de un traidor que un pelotón de hombres dispuestos a morir por salvar la patria.
Por supuesto que Moreno Cárdenas, la vergüenza tricolor, es de esos jicotillos.
Marco Antonio García Granados