El destape del Guacamaya Leaks y el libro El Rey del Cash, de Elena Chávez, incomodó la credibilidad que ha alardeado el presidente López Obrador, toda vez que a partir de que la primera -resultante del hackeo hecho a los equipos cibernéticos de la Sedena-, develó a la opinión pública documentos que comprometen la estabilidad de la nación, así como el testimonio de Chávez acabó de revolver el sistema gubernamental.
Y no hay que ser experto para saber que no obstante las declaraciones del Jefe del Ejecutivo federal acerca de que el libro de la periodista y ahora escritora, evidenció algunos testimonios de gente que antes estuvo ligada al propio tabasqueño, desató una polémica con la que López Obrador, definió, “no hay pruebas para afirmar lo que dice”, Chávez.Fiel a su contrataque luego de que es incomodado con esa filosofía populista que determina todos los días desde su púlpito mañanero en Palacio Nacional, el mandatario aseveró que podrán decir muchas cosas en contra del crecimiento de la cuarta transformación, “pero a nadie le consta que sea corrupta”. Y adujo, seguro, “el pueblo es mi escudo”.
Sin embargo, pese a su negación de lo documentado en el libro de referencia, los hechos son de otra forma y acotó de nueva cuenta que toda su vida se ha conducido con honestidad de la que queda prueba fehaciente desde que fue Jefe del gobierno de Ciudad de México y también los cuatro años que lleva al frente de la Presidencia de la República.
Empero, no obstante su dicho, día con día siguen publicándole diversos textos de los más de 4 millones de documentos que existen, -según precisaron los “investigadores” de Guacamaya Leaks- en donde se evidencia la serie de aportaciones en efectivo que Elena Chávez también expone en su libro, de las que apunta, fueron a dar a las campañas del hoy presidente de México.
De ahí que la salida de López Obrador cuando es incomodado con cuestionamientos o evidencias de cómo ha manejado los recursos financieros de sus viajes a lo largo de 13 años, primero en sus campañas políticas y hoy como jefe máximo de las fuerzas armadas del país.
La realidad es que debido a los testimonios como los videos exhibidos y denunciados en la opinión pública de sus otrora cercanos colaboradores como René Bejarano y Carlos Imaz, entre otros, dejan en claro que los documentos de Guacamaya y los de Elena Chávez, tienen similitud.
Hoy están caldeados los ánimos de la nación, en similares condiciones como en el pasado reciente, cuando el entonces presidente Enrique Peña Nieto así como sus colaboradores más cercanos abusaron y atropellaron a la ciudadanía con robos que en verdad ofendieron a los casi 126 millones de connacionales que hoy somos.
Aunque lo niegue, López Obrador ha sido fustigado por algunos sectores de la sociedad que le han hecho ver los excesos cometidos también en esta gestión, en donde las obras faraónicas e insignias de su administración son cuestionadas por el exceso de gastos en cada una de ellas, como ocurrió en el aeropuerto Felipe Ángeles y en la refinería Dos Bocas, donde el gasto va más allá de los 18 mil millones de dólares, en esa industria que hoy todavía no refina ni un mililitro de gasolina.
Por supuesto, con todas las proporciones guardadas, López Obrador no está en un día de campo y de aquí hasta que decida quién será el que le siga como candidato de Morena a la presidencia de México, enfrentará muchas descalificaciones y principalmente de los mexicanos que no han comulgado con su teoría política.
Marco Antonio García Granados