A solo 21 días de renovarse la Legislatura, al final, el pleno del Congreso de la Unión decidió desaforar a dos diputados federales que incurrieron en conductas ilícitas y que en apariencia habían sido cobijados por el manto de la impunidad, como ocurre de manera sistemática en nuestro país, pese a que en las primeras indagatorias realizadas por la Fiscalía de Justicia de Ciudad de México, a ambos se les vinculó a proceso penal.
Benjamín Saúl Huerta Corona y Mauricio Toledo Gutiérrez quedaron fuera de los privilegios que da el ser representante popular en México debido a la presión ejercida sobre ellos de parte de familiares, detractores, de funcionarios y hasta de sus homólogos ofendidos por su actuar, en detrimento de jóvenes violentados de parte de Huerta y las finanzas públicas por Toledo.
El miércoles pasado y después de tres horas de discusión, los homólogos de los referidos avalaron por mayoría el dictamen de la Sección Instructora, que en primer orden y referente a Toledo Gutiérrez, documentó el “incremento sustancial” de su patrimonio, que sumó entre 2012 y 2018 depósitos por 20 millones 826 mil pesos en sus cuentas, pero de los que solo reportó ingresos por 9 millones 406 mil pesos, menos de la mitad percibida.
No obstante las reiteradas carpetas de investigación iniciadas por el ministerio público de la Fiscalía capitalina, el grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT) -al que pertenece el hoy legislador desaforado y que salió en su férrea defensa- calificó al Jurado de Procedencia como “un circo” y anunció desde la tribuna la decisión de abandonar la sesión, “por violatoria e impositiva”.
Durante la presentación de los cargos, el fiscal especializado en Combate a la Corrupción de la Fiscalía de Ciudad de México, Rafael Chong, reveló que Toledo violentó el estado de Derecho al no comprobar ingresos personales con el argumento infantil, “porque salió de México con destino a Chile desde hace 17 días”
Y en el pleno de la tribuna más importante de México, el fiscalista sostuvo que la salida del país del diputado deja una sombra de duda sobre su disposición de llegar a la verdad.
Por su parte, en sesión semipresencial y bajo protocolos sanitarios, el pleno cameral declaró procedente el ejercicio de la acción penal contra el ex morenista Benjamín Saúl Huerta Corona, también desaforado y señalado por la Fiscalía de Ciudad de México como presunto responsable de violación equiparada agravada y abuso sexual agravado en contra de un joven de 15 años y una persona mayor de 18 años.
En esa audiencia pública de los propios diputados federales, más dura, sin prejuzgar sobre la inocencia o culpabilidad del legislador de Puebla, solamente dos legisladores, Agustín García y Paola Tenorio, se abstuvieron de emitir su sufragio y con ello evitaron la aprobación unánime.
Por fin. Tras más de 7 meses y de 90 días, respectivamente, para fortuna de los mexicanos, tanto a Toledo como a Huerta les fue quitado el controversial fuero del que siempre hacen alarde y fanfarronean los legisladores.
Huerta Corona acusado de abusador y protegido por su coterráneo, Ignacio Mier, líder de la Cámara de Diputados, parecía que libraría el juicio y el escarnio público. Empero, fue mayor la presión que ejercieron los familiares de los jóvenes vejados por lo que a la mayoría en el Congreso de la Unión no les quedó más que levantar el dedo para quitarle su disfraz al contumaz “representante popular”.
Notas de Trascendencia
Vaya mi solidaridad pública a mi amiga y compañera de MILENIO, Azucena Uresti, por las amenazas emitidas a su persona, del supuesto “líder” del grupo delictivo CJNG, porque la brillante y talentosa periodista cumple a carta cabal su misión de informar con estricto apego al mandato de ley contenido en nuestra Carta Magna.
Azucena se ha distinguido a partir de su incursión en la década de los 90 en los medios de comunicación, por practicar y ofrecer un periodismo puntual y valiente, como pocos personajes.
Es por ello que su crítica y valentía incomodan a quienes, de una forma u otra, violentan el estado de Derecho. De ahí que haya recibido amenazas de los que sienten que su “poder”, violatorio de todas las normas, está por encima de la ley, que es única e indivisible y, quiérase o no, debe cumplirse de forma estricta y cabal. Estoy contigo Azucena Uresti.
Marco Antonio García Granados