Sin titubeos. Con valor pleno en sus declaraciones y fórmulas claras para llamar a las cosas por su nombre, Ricardo Peralta Saucedo, subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (Segob) ha demostrado que posee cualidades suficientes para destacar en el medio político nacional, donde ya casi nadie puede figurar.
Y es que el joven maestro en derecho, quien suplió a Zoe Robledo en esa dependencia luego de ser nombrado por el presidente López Obrador director general del IMSS, ha sido iluminado por los intensos reflectores de la política, en los que pocos tienen el privilegio de ser vistos por sus propios homólogos.
Tras la tormenta que desató su presencia en Hidalgo, Tamaulipas y en la Huacana en Michoacán, por haberse reunido en supuesto por grupos de autodefensa ciudadana, Peralta Saucedo argumentó que hubo gente extraña a esas reuniones que desataron polémicas porque en supuesto, el funcionario se había reunido con prófugos de la justicia.
Debido al éxito que alcanzó esa reunión y a que también los grandes reflectores de la política de López Obrador lo catapultaron no obstante las críticas de mala fe que le endosaron, el funcionario elevó sus bonos por haber salido airoso de esas reuniones que hicieron prever momentos de sórdida lucha.
Ricardo Peralta expuso que lo que más requieren los mexicanos en estos tiempos difíciles que enfrentamos es que sean escuchados y no existe otro razonamiento para esgrimir un pretexto diferente.
Al entrarle de frente al toro, Peralta Saucedo ha sido censurado por su actuar inteligente, sin caer en falsos protagonismos que incluso pudieran causarle golpes bajos e incluso, hasta sacarlo de la jugada en estos momentos tan candentes que también jugamos los mexicanos.
Para coraje de sus adversarios naturales, el subsecretario de Gobernación fue ponderado por los más de 100 mil connacionales con los que se reunión para “saber qué quieren. Cómo saber que desean si no los escuchamos?”, palabras más. Palabras menos inquirió luego de los mítines el también jurista.
Un punto en su favor en una gama de políticos que no pueden figurar si no lo autoriza su jefe máximo; el presidente de la República. Hoy cuando menos ya la libró y con reconocido éxito.