Hace unos días, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió a más de uno con su mensaje dado en la “mañanera” de este lunes 27 de abril, el cual cito tal cual a continuación para contextualizarlos: “[…] Hay que caminar, hay que movernos.
Hay primeros ministros en países del mundo que llegan a sus oficinas en bicicleta, entonces, ¡caminemos! Nada de que voy a dos cuadras a usar el carro. Hagamos también más ejercicio, ¿Qué nos está pasando con la pandemia? ¿Dónde nos está pegando? En las enfermedades crónicas: diebetes, hipertensión, obesidad […]” Muchos se podrán llegar a preguntar, ¿qué tiene de importante ese mensaje? Para algunos pudo haber sonado como uno más de sus discursos domingueros que aparentemente no llevan a nada más que a seguir culpando a los mexicanos de lo que nos pasa; pero para otros, sus palabras significaron la oportunidad de reivindicar el rumbo de las políticas públicas del país en materia de movilidad.
Aunque en apariencia, el discurso del titular del Ejecutivo va enfocado a exhortar a las personas a moverse para hacerle frente a la pandemia y reducir las enfermedades crónicas que se generan por el sedentarismo tema que también es importantísimo y está íntimamente vinculado a lo que diré a continuación su mensaje toca un punto trascendental para la movilidad de México: el impulso y priorización de los medios de transporte no motorizados.
Ello resonó entre las organizaciones de la sociedad civil que por años han luchado para que en el país mejore la calidad de vida de los mexicanos, a través de la lucha contra el cambio climático y el fomento de la movilidad urbana segura, saludable, sostenible y a escala humana; las cuales, el pasa- do 28 de abril dirigieron una carta a López Obrador, con el objetivo de que su mensaje trascienda de las palabras a los hechos.
En dicho documento, solicitan al Presidente instruir a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a instaurar los mecanismos necesarios para la transformación urbana en el país, a fin de reducir la dependencia que hemos desarrollado a lo largo del tiempo hacia los medios de transporte motorizados y se fomenten acciones cuyo enfoque central sean la salud, la seguridad, la sostenibilidad y las personas. Asimismo, también piden que ponga el tema a considera- ción de las autoridades de la salud del país y los gobiernos loca- les de México para la promoción general de la movilidad a pie y en bicicleta (con sana distancia por el momento), con los cuales se haga frente a los principales problemas de salud que afectan a los mexicanos, mismos que se han detonado también por causa del deficiente sistema de movilidad.
En pocas palabras, alrededor de 48 organizaciones (quienes firman la carta al final) solicitaron a Andrés Manuel López Obrador la transformación del espacio público en México con base en las personas, con el objetivo de recuperar las calles para los peatones y los medios de transporte considerados como sustentables, por el bien de la salud de todos así como la del medio ambiente.
Sin embargo, pese a que este escenario pareciera alentador y un paso importante para el logro de ciudades más seguras y sostenibles, no podemos olvidar que los esfuerzos del actual gobierno se encuentran centrados en la promoción de energías contaminantes como el petróleo y de proyectos que atentan contra los ecosistemas y el medio ambiente del país.
No nos dejemos engañar, pero tampoco desaprovechemos la oportunidad que tenemos de exigir políticas públicas y acciones que necesitamos para cambiar el rumbo de México hacia la sustentabilidad. De utopías no vivimos. Necesitamos hechos contundentes.