se llegó una de las temporadas más temidas por las y los especialistas y activistas en temas de seguridad vial: diciembre, mes de fiestas y posadas; periodo dónde se incrementan los accidentes viales y, lamentablemente, las lesiones y muertes por dicha causa.
Las y los mexicanos, priorizando la diversión y consumismo, en lugar de cuidar lo más importante, la vida (la de ellos, sus familias y la de los demás), terminan haciendo lo que tanto se les ha solicitado a través de campañas de sensibilización, comerciales de la televisión, mensajes en internet: consumir alcohol.
Por más evidencia que se dé por todos los medios habidos y por haber, muchas y muchos de quienes se desplazan en automóvil, siguen sin entender las graves consecuencias de hacerlo bajo los efectos del alcohol.
Como si fuera un tema menor que cada año perdamos más de 16 mil vidas a causa de la inseguridad vial, a ello se le suma el factor del alcohol, tema que por muchos años se ha venido intentando atender para contrarrestar sus efectos.
En general, el consumo nocivo de alcohol causa más del 5% de la carga mundial de morbilidad; tan solo en el año 2016 mató a más de 3 millones de personas, de las cuales, más de las tres cuartas partes corresponden a hombres.
De el total de las muertes atribuibles al alcohol, el 28% se debieron a lesiones, como las causadas por accidentes de tránsito, autolesiones y violencia interpersonal; el 21% a trastornos digestivos; el 19% a enfermedades cardiovasculares, y el resto a enfermedades infecciosas, cánceres, trastornos mentales y otras afecciones, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A nivel mundial, se estima que hay 2300 millones de bebedores. Más de la mitad de la población de tres regiones de la OMS (Américas, el Pacífico Occidental y Europa) consume alcohol.
Lo más preocupante, las tendencias y proyecciones actuales apuntan a un aumento del consumo mundial de alcohol per cápita en los próximos 10 años, particularmente en las regiones de Asia Sudoriental, Pacífico Occidental y las Américas.
Así pues, tenemos que el alcohol por sí solo de por sí es ya un factor de muerte para el ser humano, conjugado con un volante se tienen resultados igual de preocupantes.
Por eso, estas fechas en las que muchas y muchos de nosotros aprovechamos para estar en familia, los invito a cuidar lo verdaderamente importante: a ustedes y a sus seres queridos.
No convirtamos estas fechas en recuerdos hostiles para nadie y compartamos nuestro tiempo en unidad y en paz, pero para quienes decidan consumir alcohol, por favor, no manejen.
Atiendan las recomendaciones de las autoridades, respeten los alcoholímetros impuestos para velar por la seguridad de todas las personas y cuiden de su integridad y la de sus seres queridos.
Ojalá que las autoridades de tránsito de todo el país sean más enérgicas en la aplicación de dichos alcoholímetros y demás medidas que tomen para evitar que haya conductores ebrios al volante, y puedan realizar su trabajo de manera eficaz y eficiente.
Cuidémonos todas y todos. Feliz navidad y felices fiestas.