Los lectores frecuentes de mis columnas saben que las tasas de interés son uno de los factores más influyentes para determinar el valor de las monedas.
Cuando un banco central en condiciones económicas normales incrementa la tasa de interés de la moneda que le corresponde, esa decisión le da más valor, ya que supone será una moneda más atractiva para invertir. Pues bien, esta semana el valor del peso mexicano con respecto al dólar estuvo influenciado por algunos cambios en la tasa de interés en países tan lejanos como Japón.
El viernes de la semana pasada, el banco central de la nación asiática decidió modificar su política monetaria, anunció que no mantendría una tasa negativa, sino que elevaría en apenas 10 puntos la actual para que cambiara de signo. Ese pequeño cambio ocasionó que el peso —que cotizaba sobre niveles de 16.68 con respecto al dólar— se fuera hasta 16.95, o sea 27 centavos de devaluación; después se moderó y se bajó a niveles de 16.80, aquí el lector se preguntará el por qué de esta reacción de nuestra moneda.
Existe una enorme cantidad de transacciones con yenes y pesos, muchos fondos muy grandes y agresivos especulan con nuestra moneda de la siguiente manera: primero piden yenes prestados, los cuales obtienen en enormes cantidades y con un costo muy bajo (no más de 2 por ciento); una vez que tienen lo yenes, venden y con el producto compran títulos del gobierno mexicano en pesos que rinden 11.25 por ciento, de esta manera se meten un 9 por ciento de rendimiento anualizado mientras dure la operación.
El riesgo del especulador es que el yen se revalúe, pues su crédito está en esa moneda. Cuando El Banco Central de Japón subió la tasa de interés, con eso, le dio más valor a su moneda, razón por la cual la especulación con los pesos perdió un poco de atractivo y por lo tanto se devaluó; sin embargo, los mercados no siempre reaccionan igual; el día de ayer nuestra moneda contra el dólar había amanecido a 16.75 y se esperaba que se deslizara un poco si Banxico bajaba la tasa de referencia, de 11.25 a 11 por ciento, lo cual sucedió, pero nuestra moneda no reaccionó como se podía esperar y operó en sentido contrario, a pesar de que la nueva tasa es menos atractiva que la anterior.
Por tal motivo es muy delicado especular con las monedas, porque los tipos de cambio se mueven por muchísimas razones y a veces en forma irracional. Pero lo que sigue siendo cierto, es que las tasas de interés son uno de los componentes más importantes al considerar la valuación de todas las monedas, las operaciones entre el peso y las distintas monedas del mundo equivalen a 75 mil millones de dólares diarios; de este fenomenal monto, 80 por ciento se realiza en los mercados internacionales fuera de nuestras fronteras y control, por eso el peso es tan líquido, pero igualmente también es tan difícil predecir su comportamiento en el corto plazo. Es más fácil hacer estimaciones sobre el valor de nuestra moneda a un año que a la próxima semana.