Si nos atenemos a los usos y costumbres de la política estatal, podría adelantarse de una vez que en 2030 las elecciones al gobierno de Jalisco participará una de las siguientes tres personas: Diana González, Verónica Delgadillo, o José María Chema Martínez (en orden alfabético por apellido).
Claro que no se necesita mucha ciencia para llegar a esa conclusión. Basta con revisar quiénes han sido los cuatro ganadores más recientes en la carrera por el gobierno estatal, y vemos que todos ellos pasaron de ser alcaldes tapatíos, a despachar en Casa Jalisco: Francisco Ramírez Acuña, Emilio González, Aristóteles Sandoval, y Enrique Alfaro.
No me acusen todavía, pues Pablo Lemus no ha ganado, lo que pone un asterisco de duda sobre lo que escribo. Pero bueno, es quien va adelante en muchas encuestas.
Regreso a la idea original.
Por supuesto que hay imponderables, y que el ganador o ganadora en Guadalajara el próximo 2 de junio no tiene garantizados seis años de administración municipal, pero vamos asumiendo que hará tan buena y eficiente labor, que estará en la boleta de 2030.
Así que a echarle un muy buen ojo a quienes comenzarán la contienda municipal tapatía a principios de abril.
¿Quién le gusta para gobernador(a)? (Recuerde que estoy pensando para dentro de seis años).
Por lo pronto lo que veamos en campaña en los próximos dos meses puede ser el anticipo de un sexenio adelante. Y le pongo nombres. Lo que veamos en los próximos dos meses de Diana González, Verónica Delgadillo, o Chema Martínez debe ser importante para decidir quién puede estar al frente no tres, sino probablemente doce años de gobierno (dos trienios municipales, y un sexenio gubernamental).
Me dirán que no todo es tan sencillo como lo explico, pues hay casos de gobernadores que llegaron apenas con un mandato municipal. Lo sé. Pero ser alcalde o alcaldesa de la capital del estado pone a cualquiera en la ruta a la boleta sexenal, y ahora con reelección, pues más.
Toda esta perorata es simplemente para recordar que, de Guadalajara, seguramente saldrá candidato o candidata. Así que no les perdamos la vista, pues a uno de estos tres la o lo veremos mucho tiempo en el candelero.