Imposible no escribir sobre la Línea 3 del Tren Ligero. Lo hago porque ayer tuve oportunidad de recorrer de extremo a extremo dicha ruta de transporte público, y no me queda más que decir que es una obra de primer mundo.
Y no es que yo sea un cosmopolita, pero he tenido oportunidad de ver metros y sistemas similares en otras latitudes, como el metro de la Ciudad de México, o colectivos en Washington, Nueva York y Londres, gracias a viajes de trabajo que me han permitido conocer aunque sea un poco de lo que hay allende nuestras fronteras, y puedo decir sin temor a equivocarme que la Línea 3 está a la altura de cualquier metro o tren ligero de otros países.
Que me invitaran a recorrer la Línea 3 del Tren Ligero me dio gusto. Me extendieron la cortesía por ser director editorial de Notivox Jalisco y de Telediario Guadalajara, pero la verdad sí tenía muchas ganas de asistir. Y otra cortesía que se me extendió fue recibir una tarjeta multimodal, con un sólo viaje en su haber, porque tampoco es cosa de regalar pasajes así porque sí.
Y si me entusiasma hablar y escribir del tema es porque estoy convencido de que esa obra era algo que realmente le falta, le faltaba a la ciudad.
El trazo, desde Tlaquepaque hasta Zapopan, parece correcto. En principio no me convencía que el tren pasara por debajo del Centro tapatío, pero poco a poco me convenzo de que no fue una mala decisión.
Los trenes están bonitos y cómodos. Obvio que son nuevos, y por eso lucen más. Y aunque en el recorrido de ayer íbamos una centena de personas en un sólo convoy, estoy seguro de que pronto resultarán insuficientes. Pero esa es otra historia.
Las estaciones se ven modernas y amplias. Bonitas. nada que ver con las de la Línea 1, construidas hace 30 años. No pude dejar de pensar, sin embargo, cuánto tiempo permanecerán limpias de vendedores ambulantes y pedigüeños como los que atiborran el metro de la capital del país. Ojalá eso no ocurra.
El tema del costo final de la obra deberá ser cuestión, en principio, de técnicos y expertos que revisen si todo fue invertido correctamente. Lo que corresponde a los ciudadanos es hacer buen uso de una obra que nos costó muchísimo dinero.
Twitter: @baezamanuel