diciembre es el mes en que todos paramos, en que ponemos una pequeña pausa a la intensidad de nuestras vidas para regalarnos un momento de reflexión, un espacio en que podemos preguntarnos realmente: ¿cuáles fueron nuestros aciertos y fracasos del año? ¿Qué es lo que debemos de ir cambiando de poquito? ¿Quiénes son aquellas personas que debemos seguir frecuentando y a cuáles debemos dejar ir?
El último mes del año espera paciente para todos, sobre todo para los que tenemos ciertas expectativas a pesar de la cuarentena que nos adelantó estas interrogantes, y que nos hizo más fuertes conforme se consumen los días.
Si mañana fuera el último día de nuestra vida: ¿qué haríamos? ¿Cómo lo utilizaríamos? ¿a quiénes visitaríamos? La cuarentena nos ha quitado a todos al menos a una persona de nuestra familia, a alguien que adorábamos, a quien hoy solo nos queda extrañar porque sabemos que no volveremos a verlo y que a pesar de eso cada día extrañamos más y más.
¿El mundo volverá a ser el mismo? ¿Tendremos más oportunidades? ¿Esta experiencia nos ayudará en algo? ¿Lo negativo se convertirá en positivo? ¿Sobreviviremos a la catástrofe emocional? Estas son preguntas que nos hacemos a diario, y hay algunas que ni siquiera tienen una respuesta pues hace falta esperar un poquito más.
Este diciembre echaré de menos a mi primo Jorge Alatorre, a mi gran amigo Bengy Flores, a mi primo Alejandro Sánchez, a mi amiga Vicky Navarro y estoy segura que mientras leen esta columna recuerdan a alguna persona querida que también tuvo la fortuna de coincidir con ustedes en esta vida. ¿Qué nos deja el 2020?
Fortaleza… mucha, para seguir logrando todo aquello que decidimos hace algunos años y que hemos trabajado tanto para poder hacer realidad. ¿De qué nos dimos cuenta? De que al final siempre es más importante la salud física y mental, la familia, la paz, la tranquilidad que nos otorgó nuestro hogar.
La pandemia nos entregó muchas reflexiones para seguir adelante con nuestros sueños, podemos quejarnos, enojarnos con la vida; pero al fin de cuentas siempre tenemos que ir para adelante, para ser mejores pero sobre todo para seguir ayudando a todos los que podamos.
Un abrazo y mi más sentido pésame a todos aquellas personas que perdieron a alguien en esta pandemia, a esos seres irremplazables que nos regalaron sonrisas, vivencias, recuerdos, y momentos que perdurarán por siempre en nuestra mente.
El 2021 no será lo mismo sin ustedes, lo que sí podemos prometerles es que no los olvidaremos nunca y que le echaremos ganas por ustedes. _
