Escribir es la medicina que jamás he olvidado tomar, la que me alivia y me hace reflexionar a diario; quizás por eso mi profesión me hace tan feliz y me recuerda que la vida es como un libro donde cada día escribimos un nuevo capítulo.
Mientras la vida pasa, recolecto historias y colecciono finales interesantes, pues de cada dificultad se aprende cada vez más; es por eso que la escritura diaria es tan liberadora. Y es justo en este momento que me encuentro más plena, ya que desde el inicio de esta semana me encuentro participando en el Noveno Mundial de Escritura -una competencia internacional- al lado de escritores amigos y amantes de la Literatura.
Hasta ahora según las últimas estadísticas hemos escrito más de 50 millones de caracteres juntos apenas en los primeros dos días. Me siento muy emocionada de poder seguir compartiendo mis letras y continuar con este hábito de la escritura, que cada día me demuestra el poder de la creatividad.
Es por eso que quisiera extender un agradecimiento a mis compañeros en esta edición del Mundial: Camila Schumacher, Carmen de la osa, Carolina Savi, Ivania Cox, José Pablo León Abarca, María de Lourdes Massa, Pablo Vergara y Emma Yorio por el placer de leerlos y seguir aprendiendo de todos ustedes en cada consigna.
Y es que el objetivo principal de esta competencia internacional es mantenernos activos en la escritura y compartir nuestros textos y retroalimentarnos. Y es aquí cuando recuerdo lo que sabiamente siempre me decía mi mentor, el escritor Argentino Alberto Laiseca: “Para escribir hay que robarle el tiempo al tiempo”.
Y es verdad, en mi particular punto de vista y, como docente de la materia de Literatura, considero que cualquier persona puede escribir, no se necesita más que una hoja y un papel, una computadora o un celular para poder dejar plasmado todo lo que sentimos.
La lectura y escritura forman parte del ser humano, y es nuestro deber desde muy temprana edad empezar a buscar ese género que nos motiva, ese que nos hace reflexionar, ese que nos explota la cabeza y nos hace aprender más.
Aprendamos a reconocer nuestras mejores lecturas, qué género es nuestro favorito, así como lo hacemos con un nuevo amigo que nos acompañará por el resto de nuestras vidas para hacernos sonreír.