Con fundamentos de la Enciclopedia de la Literatura en México con vinculación de la Fundación para las Letras Mexicanas y la Secretaría de Cultura, el Día Nacional del Libro se decretó en el año de 1976 en México, siendo una fecha importante para el inicio de una revolución que tiene como aliado el desarrollo cultural y educativo de nuestro país.
Alguna vez leí una frase de Eduardo Stupía que evoca el sentir de ese momento: “Cuando marco algo en un libro, me doy cuenta que el marcado soy yo, que hay libros que efectivamente marcaron y que hay otros que uno marcaría desde el comienzo hasta el final”.
Lo anterior está plasmado por un artista que entiende a la perfección el cambio que hay en una persona cuando se convierte en lector. Y así como los abuelitos y a pesar de mis 36 años yo también tengo una especie de creencia fantástica que cada que puedo comparto con mis alumnos de la Prepa UNE: “Los libros nos eligen”.
Creo fielmente que en algún momento de nuestras vidas son los libros los que nos eligen y, así como un medicamento, nos dan lo que necesitamos. Me ha pasado con muchas novelas, relatos e incluso con cuentos, en donde cada uno me va entregando de poquito en poquito la esencia de algo que siento cada vez más personal.
¿Será que algunos libros presienten? ¿Será que muchos escritores tienen esa magia de entregarnos respuestas mediante sus letras? ¿Será que conforme nos vamos adentrando en la literatura nos identificamos cada vez más con su narrativa? Lo cierto es que, la vida es muy parecida a un libro, conforme pasa el tiempo se teje una historia, se termina el tiempo y vamos cambiando de página cada día.
Somos los escritores de nuestra existencia y, más que letras, acarreamos experiencias, logrando finales con giros inesperados. La magia de la vida y de los libros nunca acaba, es por eso que incluso en esta época aviva la imaginación gracias a ese umbral fantástico donde habita la literatura: nuestra biblioteca personal.
El libro más viejo que tengo es del año de 1900 y se llama “La tumba de hierro” de Enrique Conscience; lo adquirí en Buenos Aires, Argentina un otoño de 2016 en mi librería favorita “La Lechuza” de Patricios.
Este tesoro de impresión española se publicó por primera vez en 1864, tiene 254 páginas, portada aterciopelada con letras doradas y apenas unas delicadas flores negras tiene 120 años, y celebrará conmigo en unos días aquí en Tampico el Día Nacional del Libro.
¿Y tú, con cuál libro celebrarás esta fecha tan importante en México?