Platicaba con mis alumnos respecto de las oportunidades laborales; y estas inquietudes vinieron luego de una práctica profesional en donde tenían que hablar en público.
¿Se puede perder un trabajo por no saber hablar? En ese momento surgió un debate que dividió el salón de clases: "Si somos profesionales no debería de afectarnos".
Considero que sí, y esto ocurre debido a diversos factores ya que es a través de la palabra que llegamos a conocer las propuestas, ideas, reflexiones y proyectos de cada individuo.
Las personas poderosas se comunican mejor y, por ende, tienen más oportunidades para triunfar. ¿Por qué? Porque conectan con los demás, son asertivos y así obtienen lo que quieren en la vida.
Aquel que utiliza el poder de la palabra siempre gana, siempre destaca, siempre sabe lo que quiere, lo dicta y lo obtiene, porque su objetivo es ser el primero.
¿Cómo confirmar que se tiene un gran proyecto si una persona no puede explicarlo con claridad? Muchas veces no llega a la cima el que más sabe, sino el que lo tiene más claro.
Quizás sea una regla injusta, pero habrá que encontrar habilidades comunicativas y persuasivas que nos expongan en un mundo laboral en donde el líder es justamente quien está dotado de estas características.
Los lobos siempre andan en manadas y en la jungla nadie se tienta el corazón a la hora de arrasar con alguien; el campo laboral es igual y se corre el mismo peligro si no se tienen las agallas de enfrentar al más fuerte.
En un trabajo que nos apasiona jamás hay que quedarnos quietos, hay que generar ideas, buscarle la vuelta, no dejar que la rutina nos domine porque es ahí cuando dejamos de ser productivos.
La cacería de talento es ambiciosa cuando se buscan los mejores resultados. El mejor trabajador es aquel que demuestra que vale cada peso que gana, un buen sueldo no es casualidad.
En contra de todo lo antes mencionado, regresa la pregunta que viene desde la cara más realista de mis alumnos: ¿pueden quitarnos una oportunidad de trabajo por no expresarme correctamente? Y sinceramente lo dejo bajo sus miradas.
Lo he visto en muchos trabajos, y lo entiendo luego de muchas experiencias vividas, aunque en la vida a todos nos pasarán cosas distintas.