El Día del Maestro lo celebré regalándome tiempo, escribiendo mucho y leyendo los mensajes de mis alumnos en redes sociales.
Fue un día muy emotivo, que disfruté al máximo al recordar acerca de todas las generaciones que vi pasar aquí en México, gracias a la oportunidad que me dio la Universidad del Noreste y aquellos que dejé en Argentina, lugar donde empecé mi carrera como docente.
Ese día, mientras meditaba acerca de todo esto, me encontré a una alumna a la que le di clases de preparatoria cuando acababa de llegar a México; ella pertenecía a la primera generación de alumnos y enseguida me saludó.
Debo de confesar que me dio mucha nostalgia el momento debido a que me sonrió y me contó que estaba estudiando, me dijo se sentía muy feliz estudiando su carrera profesional y que a menudo se acordaba de mí ya que tenían que redactar.
“Muchas gracias por enseñarnos a redactar bien y tenernos paciencia”, esa es la frase con la que me quedo y con la que se resume este día tan maravilloso en donde los profesores tenemos oportunidad de compartir no sólo con nuestros alumnos quienes se vuelven parte de nuestra familia.
Al otro día inicié mi día con el grupo de alumnos de universidad, talentosos profesionales a quienes imparto la materia de “Géneros Interpretativos” y con los que volverá a trabajar para mostrarles más de la carrera y la calidad con la que deben de entregar sus proyecto.
Trabajar en lo que uno ama es maravilloso, pero el poder transmitir pasión a los alumnos es único, es para los maestros la forma más bella de dejar su legado al mundo.
Mi padre era maestro y en este momento lo entiendo más que nunca, sé lo importante que era para él dar una buena clase y ser un ejemplo como persona.
Hoy más que nunca agradezco a la vida el poder seguir tocando vidas a través de los libros y la literatura, a través de las aulas y de esos alumnos que llegan quizás en un mal momento o que tiene un mal día y que a través de las charlas y sus actividades se olvidan de sus tristezas.
Más que un maestro, a veces uno funge como padre y madre, como consejero, como amigo y testigo de sus infinitos talentos, esos que se crean y se forjan en las aulas: ¡Gracias a todos los maestros de Tamaulipas por su labor diaria y su ejemplo!