Política

Doble nacionalidad

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Tienen hasta octubre próximo. La euforia por tener un pasaporte español llega a su clímax en la medida en que el plazo se acerca a su fin. Unas 18 mil personas han obtenido ya la nacionalidad española en Nuevo León, particularmente en San Pedro Garza García.

San Pedro, uno de los municipios más acomodados de México, ronda los 120 mil habitantes. Más de 10 por ciento estaría ya estrenando doble nacionalidad.

No se trata de una ganga, al menos no para todos. Hay que ser descendiente de los sefardíes, conversos o no, expulsados hace 500 años de España. Además hay que demostrar cercanía cultural con ese país mediante la aprobación de un examen sobre su Constitución y su realidad y hay que viajar allá para terminar los trámites.

Vamos por partes. Hace cuatro años, el 25 de junio se publicó en España la ley 12-2015 en materia de concesión de la nacionalidad a los sefardíes originarios. Fue promovida por el gobierno de Mariano Rajoy y firmada por el Rey Felipe VI.

“Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley...”.

El preámbulo define como “sefardíes a los judíos que vivieron en la península ibérica y, en particular, a sus descendientes, aquellos que tras los Edictos de 1492 que compelían a la conversión forzosa o a la expulsión tomaron esta drástica vía. Tal denominación procede de la voz ‘Sefarad’, palabra con la que se conoce a España en lengua hebrea...”

El gobierno de España consideró, pues, que la concesión de la nacionalidad a los sefardíes era una tarea de Estado. “Volver a Sefarad ya no es una ilusión”, dijo el entonces ministro de Justicia Rafael Carada durante las celebraciones. “Estamos seguros que serán muchos los sefardíes que podrán recuperar su nacionalidad, una nacionalidad que en sentido cultural y en sentido sentimental siempre han mantenido, pues os habéis considerado una parte errante de España”.

Y bueno, resulta que una porción de esa parte errante de España está en Nuevo León, dispuesta a reconocer su negada herencia y adoptar la moda de la doble nacionalidad.

No es barato demostrar ser descendiente de los expulsados de entonces. En la misma ley, España pide “medios probatorios” de la condición de sefardí “que serán valorados en su conjunto”, como certificados de la comunidad judía de la zona de residencia del interesado o de la autoridad rabínica competente.

Aunque el costo de la tramitación administrativa de cada solicitud es de 100 euros, la investigación y la certificación son cosa de los expertos en cada lugar. En Monterrey cobran unos 150 mil pesos por familia, dependiendo del caso. También hay un par de escuelas que preparan para los exámenes por 12 o 14 mil pesos por persona.

Los nuevos herederos sefardíes provienen de una cultura reciente que más bien se mira en el espejo de Texas, que fue fiel a Marcial Maciel hasta el final y que admiró los ofrecimientos de la pedagogía del éxito de Keith Raniere hasta morder con fuerza sus anzuelos.

Ellos comentan con timidez esa rara sensación de tomar una nacionalidad como caída del cielo. Finalmente lo hicieron, dicen, por la seguridad de tener un plan B para sus hijos. O incluso por si este México de hoy se va a pique.

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Luis Petersen Farah
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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