Afuera se dice que es un hecho que Colosio va con Morena y sus aliados por la alcaldía de Monterrey. Que sus conversaciones, aceptadas por él, han sido con la máxima jerarquía del partido. Que ha estado en Ciudad de México y ha hablado de esto con Mario Delgado. Que la invitación está hecha y que aceptarla solo depende de él.
Afuera se dice que para ir con Morena ha estado alentado por Alfonso Durazo, secretario particular de su padre y consejero suyo. Y que con Clara Luz Flores y su equipo está de acuerdo.
Afuera se dice que con Samuel García, el candidato a gobernador, la relación calificada de “institucional” por el propio Colosio es más fría que un témpano y que difícilmente habría apoyo mutuo en una campaña marcada por el distanciamiento.
Afuera se dice que es en Morena y no el PAN ni en MC, donde Colosio encontraría las condiciones que busca para su proyecto y, sobre todo, para enfrentarse con suficiente apoyo al PRI que, según él, lo ha tratado de veras como enemigo, al grado de buscar que se retire de la competencia con métodos persecutorios.
Dentro de MC se responde: afuera se dicen muchas cosas. Y en eso han de tener razón, pues el mismo Colosio y su equipo son quienes han puesto el misterio en la conversación y pretenden mantenerlo hasta el 4 de febrero.
Dentro de MC se responde: con Colosio “hemos tenido un diálogo constante y una comunicación todos los días en reuniones y estamos enfocados en construir el proyecto político de cara a la contienda”. Así lo dijo a Notivox el dirigente de MC en el estado, Agustín Basave. Y añadió: “Si esto no es garantía suficiente, pues yo no sé qué otra cosa lo sea”.
Lo que es un hecho es que Colosio también ha estado construyendo con otros partidos. Así lo ha dicho, con todas sus letras.
Lo que es un hecho es que si su proyecto es efectivamente ganar la alcaldía, aportar y recibir votos en equipo, y tener luego herramientas para un mejor gobierno de la ciudad, es afuera donde tiene mayores ventajas. Son las circunstancias. Y es la política.