Santos estaba obligado a ganar, y ganó. En el entorno del club había un contexto hasta cierto punto dramático donde el grueso de la afición estaba a disgusto.
Gracias al triunfo el ambiente de esta semana será tranquilo.
Gracias a la irrupción de Otero el aficionado santista (y muchos otros, me incluyo) pudimos ver que sí hay luz al final del túnel.
El Santos supo fajarse, supo generar futbol, contrarrestar al rival e hizo lo que las circunstancias del partido le fueron exigiendo.
Cualquiera pudo haber ganado, pero cuando el partido exigía un plus ese lo puso el Santos gracias a Valdés..
Había tres escenarios posibles hasta antes del partido: el de la victoria para poder respirar hondo, el de la derrota para que el aficionado en gran mayoría pudiera corroborar muchas de sus hipótesis derrotistas (y con cierta razón), y el del empate, que nos hubiera dejado a todos en el limbo.
Sucedió lo primero y vimos a un Santos con muchas novedades que no desentonaron; eso sí, dista mucho aún para deducir si el equipo tendrá calidad destacada en cuanto a su juego porque al ser la jornada 1 es demasiado temprano para sacar ese tipo de conclusiones.
Lo que sí vimos fue garra, lucha y compromiso.
Lo de Valdés, sin ser uno de sus mejores partidos (porque ha tenido mejores en Santos) fue destacado porque ya le hacía falta significarse de manera latente.
Lo de Otero es cosa aparte porque nos trajo cierta alegría al ver su atrevimiento, su buena lectura y elección de la jugada correcta cada que tuvo la pelota en su poder y, sobre todo, esa sensación que nos dejó al hacer memoria y recordar que ni Djaniny ni el mismísimo Darwin Quintero tuvieron un debut así.
No anotó, pero su accionar se disfrutó como si hubiera anotado.
Acevedo está mejor físicamente, se le notó mejoría en su juego aéreo y estuvo al auxilio del equipo.
Gorriarán tomó bien la responsabilidad de cargar con el peso que demanda su posición y alteró bastante a los medios de Cruz Azul.
Queda mucho, demasiado camino por recorrer. Sigue habiendo ciertas dudas porque faltan muchos rivales por enfrentar y no debemos olvidar que el Santos fue equipo de altibajos en el pasado torneo.
Aún no sabemos si volverá a ser un equipo extremista (para bien y para mal) o si encontrará una constancia con sus nuevos jugadores.
Pero eso es futuro y el presente indica que el Santos ganó merecidamente y se dio un respiro.
