El partido ante Tigres empezó mal desde muy, muy pronto. No hubo momento alguno de alegría para el aficionado del Santos.
Al contrario: todos y cada uno de los minutos del partido fueron de tortura.
La dura realidad ha golpeado de tal manera a todo el contexto y entorno de club que ya hasta la afición se siente derrotada apenas en la jornada 6.
Lo de Repetto es algo tan grosero como inexplicable; hacía mucho tiempo que nos dimos cuenta (la inmensa mayoría) que Repetto no encontraba ni el orden, ni el sistema, ni la estrategia, ni las alternativas adecuadas para hacer funcionar a su equipo.
Una cosa es clara: el aficionado del Santos es masoquista.
Sí, le gusta soportar el sufrimiento que su equipo les genera, desde hace ya mucho tiempo, en casi cada partido. Mis respetos. No cualquiera soporta tanto.
Hay que poner las cosas claras, con la realidad que todos conocemos: desde la salida de Guillermo Almada, el Santos no ha vuelto a ser el mismo.
Ya perdió estilo, esencia, genoma y encanto. Ya no divierte, ya no motiva, ya no entretiene.
Es más el quebradero de cabezas que se ha generado en el equipo, desde que se fue Almada, que las soluciones inmediatas para enderezar el rumbo.
Todo lo que vino después de la era Almada, han sido una serie de fracasos encadenados. Entonces ¿quién tuvo la razón en aquel tiempo? … esa pregunta se responde con el campeonato que Almada consiguió con Pachuca, no hace mucho tiempo.
Las cosas como son.
La verdad es la verdad y es inalterable. Se fue Almada y pasaron ya varios entrenadores por el banquillo del club: Fentanes, Caixinha, Repetto… y de los 3 no se hizo ni uno.
El partido ante Tigres merece la pena analizarlo en dos sentidos.
El primero: es la fiel radiografía de un Santos que se derrumbó en todos los sentidos, sin rumbo ni dirección técnica y con un manojo de futbolistas que no tienen amor por su club ni por, parece, su profesión.
Por el otro lado: un Tigres que no metió 5 o 6 goles porque no quiso, que es un equipo sobrado que peleará el título.
Llega Nacho Ambriz, quien ha sido campeón en México y, lo más maravilloso, es mexicano.
El Santos ha obtenido campeonatos inolvidables con mexicanos: Tena, Quirarte, Guzmán, Galindo. Siboldi… digamos que es mexicano por convicción.
El otro fue Caixinha (portugués). Mucha suerte a Nacho Ambriz, pues está en el que será el mayor reto de su carrera como entrenador.
A este equipo, con esa afición tan lastimada y con esos futbolistas tan pecho frío, no cualquiera le entra.