Dice una frase mítica en uno de los túneles de Old Trafford, el campo del Manchester United: “No hay mayor trofeo que el ser reconocido por tu estilo”.
Pocos equipos en el mundo pueden presumir de eso.
Alguna vez dijo el presidente del Barcelona, Bartomeu, que en ese club “el estilo no se negocia”.
Y sí ¿cuántos partidos no hemos visto del Barcelona, en los últimos 15 años, donde circulan el balón por todo el campo hasta llegar tocando al área? Muchísimos.
¿Que podrían haber terminado las jugadas desde mucho antes si fueran más verticales y trataran de tirar de fuera del área ahorrándose un montón de pases? También, pero ese no es su estilo.
Hay un modelo que “no se negocia”.
El que llega al Barcelona, sea presidente, entrenador o jugador, debe saber que ahí se defiende un modelo de juego: el de privilegiar el buen trato a la pelota y, por consecuencia, el buen juego, ese que homenajea al futbol y deja satisfecha a la tribuna.
Cuando todo se alinea en los partidos, no hay dudas de que el Santos cumplirá. En los últimos años ha cumplido con lo más importante: su juego y su estilo.
Tigres tenía un estilo con el Tuca, el de buscar el resultado por encima de las formas. Hoy el América de Solari tiene un estilo: el del orden por sobre todas las cosas, buscando la efectividad.
El del Santos es muy claro: jugar bien y bonito, ofensivos, pero siendo muy verticales y tratando de proponer en cada partido, teniendo siempre la pelota. Cada vez me gusta más la pareja de centrales Dória – Félix.
Creo que en poco tiempo (si no es que ya) estaremos hablando de la mejor pareja de la liga MX.
El problema para el Santos no es que no juegue bien, el problema es que le cuesta culminar las jugadas y llegar al gol. Juega muy bien, se defiende bien, arma jugadas de peligro, pero no concreta.
Le cuesta. Ante Bravos de Juárez se encontró un cheque al portador y lo supo aprovechar muy bien.
Para el Santos se avecina un panorama ciertamente alentador, donde habrá que visitar el próximo viernes a unos Xolos que no tienen cuadratura, y luego vendrán 3 partidos seguidos como local: Puebla, Monterrey y Mazatlán.
Ahí está una gran oportunidad, ya no sólo de poner en práctica la propuesta y el estilo, sino de cosechar la mayor cantidad de puntos.
De esos 4 partidos dependerá mucho el destino del Santos al final del torneo.