Hago un atento llamado a los empresarios de la Comarca Lagunera, a las grandes empresas de esta noble tierra; a esas empresas que, independientemente de su origen, se han asentado en La Laguna, han echado raíces y han cosechado el éxito comercial y empresarial en este suelo próspero.
El llamado es más que nada un lamento en nombre los miles de aficionados del Club Santos. No es ajeno para nadie, ni siquiera a nivel nacional, que el Santos ha caído en desgracia.
En el Estadio Corona ya no sonríe ni Dios.
El equipo, en cada jornada, se ha convertido en un cheque al portador y cada equipo que viene sabe que el Santos ya no reúne las condiciones para ser considerado rival en la cancha.
Que a todos les quede claro: el Santos ha dejado de ser un equipo grande.
El llamado, o propuesta, es para que los grandes empresarios laguneros adquieran al club Santos: que hagan una propuesta formal al Grupo ORLEGI y que juntos inicien una nueva era de gloria para el equipo que tantos laguneros amamos.
Que surja un gran consejo de administración, cimentado en el manejo y, obviamente, presupuesto conjunto de distintas empresas de la región.
Un consejo de administración fuerte, solvente y, sobre todo, convencido de que la Comarca Lagunera merece un equipo que represente dignamente a todos los laguneros.
Un consejo de administración que ame esta noble tierra.
Para sentir en las venas ese anhelo es de vital importancia que los que dirijan sean Laguneros, o que tengan empresas arraigadas en la Laguna. Estoy convencido que esta puede ser la llave para recuperar el éxito y el prestigio perdido.
Los laguneros lo sabemos y estaríamos eternamente agradecidos de que esto se llegase a materializar.
La paliza que el América le propinó al Santos el pasado sábado fue de proporciones lamentables.
El contexto fue tan abrumador que el Estadio Corona se vio invadido como nunca antes había sucedido: estadio lleno y el 90% eran americanistas.
Ya había sucedido antes, pero eran aproximadamente 3 contra 1, en lo referente a la presencia de camisetas visitantes.
Pues bien, el sábado fue de 5 a 1. -“De perdido en la zona alta de sombra éramos puros santistas”-. Me comentó con cierto aire de alivio un santista de corazón, pero con lágrimas en los ojos.
Lo que ha sucedido con el Santos es imperdonable. Ya son muchos torneos, muchos fracasos, muchas disculpas.
Emanado del TSM hay más perdones hacia la afición que los que Jesucristo tiene en la iglesia.
Empresarios laguneros: por favor, rescaten al Santos.
