Al Santos le gusta saltar la cuerda en la orilla de un precipicio.
Pero lo que se agradece es que mezcla todas las emociones porque nos asusta y nos preocupa, nos emociona y nos impresiona, provoca corajes y angustias, pero también nos dibuja sonrisas y nos alegra.
El equipo de Fentanes se ha convertido en un equipo alegre, que va a proponer en todos los estadios donde se para y, lo más importante, juega y deja jugar.
¿Dónde viene lo malo? En sus lapsus y lagunas defensivas, donde hay varios cables pelados que están haciendo corto circuito.
Si todos los equipos jugaran como el Santos, no existirían los aburridos cero a cero ni los partidos que invita al bostezo. Pero le falta mejorar en el contexto defensivo.
Qué ironía, cuando la ofensiva anda explotando, la defensa se anda destartalando.
Es un equipo que se vuelve valiente cuando sus hilos son movidos en el campo por un Brunetta magnífico.
Parece que en cada partido iremos viendo a un Brunetta cada vez mejor. Cuánta falta le hacía al Santos un futbolista así.
Probablemente desde Ludueña no se contaba con un jugador que marcara los tiempos, diera las pausas necesarias y tuviera visión completa del campo.
El argentino se ha convertido en la válvula de escape para los contenciones y en el abastecedor de los atacantes.
El Estadio Jalisco fue testigo de la explosión de este gran jugador. Se tardó en carburar, pero ya está aquí.
La pelota siempre hay que dársela al que sabe y sus compañeros ya lo tienen claro: el que sabe es Brunetta.
El empate ante Atlas no es malo, es bueno. Pero la afición lagunera se queda con dos imágenes: la del Santos atrevido en ofensiva y la del Santos pelmazo en defensa.
En lo personal soy un fiel admirador de Marcelo Bielsa, uno de los pocos apasionados y filósofos que quedan. Su ideología es siempre proponer en campo rival y defender en campo rival.
A los equipos de Bielsa no les importa ir ganando 1 o 2 a cero, pues siempre buscan un tercer o cuarto gol.
De igual manera, no les importa ir perdiendo 2 o 3 a cero, siempre buscan la portería rival y rara vez optan por defenderse. ¿Qué le pasa al Santos?
Es atrevido y propone, pero cuando se asusta, se asusta muy feo.
Con Santiago Muñoz y los nuevos refuerzos, el Santos adquiere más armamento futbolístico. La cosa pinta para algo bueno (en ofensiva).
Lo único que nos queda es frotarnos las manos para el Santos vs América del próximo sábado 4 de febrero en el TSM. El América ya despertó. De que habrá goles, habrá goles.