Política

México o Mesoamérica

  • Diario de campo
  • México o Mesoamérica
  • Luis Miguel Rionda

Cuando ese país que hoy llamamos “México” surgió como nación independiente en 1821, ya habían transcurrido muchos años de consolidación de una nueva conciencia nacionalista en la Nueva España, protagonizada por criollos ilustrados y por las enseñanzas de la orden de los Jesuitas, expulsada en 1767 por la excesiva modernidad de sus preceptos. Los crecientes hallazgos de “antigüedades” que sorprendían a los historiadores incipientes, los anticuarios letrados, llevaron a la investigación acerca del pasado previo a la llegada de los europeos a estas tierras. Se encontró multitud de evidencias del florecimiento cultural de antiguas civilizaciones que habitaron los amplios espacios de esta colonia española.

La designación como “Nueva España” impuesta por el imperio colonial comenzó a ser cuestionada y abandonada por esos criollos ilustrados, que abrazaron con entusiasmo el nombre de la ciudad capital para aplicarla a la totalidad del territorio: “México”, una derivación castellanizada del topónimo náhuatl “Meshíco”, el ombligo (xictli) de la luna (metztli), o del maguey (metl). Los historiadores dieciochescos, herederos del mexicanista Carlos de Sigüenza y Góngora (siglo XVII), en particular el jesuita Francisco Javier Clavijero, comenzaron a construir una historia del “México antiguo”, como si hubiera sido una integralidad que se había desarrollado a lo largo de los siglos previos a la irrupción violenta de los peninsulares. El mensaje era político: México ya existía antes, y estaba pleno de civilizaciones propias.

También combatieron la única justificación que se dieron los conquistadores: la evangelización cristiana, que había traído la palabra de Jesús a estos pueblos salvajes y caníbales, que adoraban a demonios, serpientes y calaveras. En términos objetivos, el “México antiguo” no existió. Se construyó como discurso para rechazar el régimen colonial. Lo que sí existió fue una realidad plural con la convivencia de centenares de tradiciones e historias particulares.

Para evitar la contaminación política e imprecisión en el término “México antiguo”, el antropólogo e historiador judío-alemán, nacionalizado mexicano, Paul Kirchhoff, propuso en 1943 el uso de un neologismo: “Mesoamérica”, como un área cultural que compartía rasgos comunes que ayudaban a determinar un basamento común entre centenares de pueblos que han habitado una extensa región geográfica.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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