1. En el verano de 1937 (TLS, 26/6/25) el Gran Terror de Stalin se encuentra en lo más alto. 2. Sin embargo, entre que firma listas y listas con nombres de próximos ejecutados el Padre de las Naciones se va a su dacha al este de Moscú a corregir tranquilo las galeras de un libro de texto para enseñarles historia a los niños de las escuelas. 3. El libro debía servir como propaganda movilizadora. 4. Se formaron brigadas para “supervisar” la historia de Rusia. 5. El texto elegido fue del historiador Andrei Shestakov y su brigada, que hicieron malabares para que todo confluyera en el destino inevitable del Estado Soviético. 6. Este fue el texto que editó Stalin con su lugarteniente cultural Andrei Zhdanov. 7. La Breve historia de la URSS (1937) tiró 15 millones de ejemplares en sus primeros tres años y fue más allá de las escuelas. 8. Claro que era un libro dúctil: podía purgarse de nombres conforme Stalin purgaba gente. 9. Y por ejemplo una edición de 1941 justificó así el pacto nazi-soviético: “Logra la paz mediante la fuerza”. 10. Cuando al mes Alemania rompe el pacto basta con hacer algunos cambios editoriales.
(11. En 2014 Vladimir Putin lanzó —sin pizca de ironía— una ley contra “la distorsión de la memoria histórica”; el castigo, cinco años de trabajos forzados o cárcel. 12. Desde entonces 100 individuos han caído bajo esta ley; Vladimir Luzgin, por postear en un medio que el pacto mencionado fue el de una “activa colaboración” entre la URSS y el Tercer Reich. 13. La Suprema Corte condenó a Luzgin diciendo que tal colaboración nunca tuvo lugar).
14. Me viene la imagen más famosa de Iván el Terrible en la película de Eisenstein cuya segunda parte prohibió Stalin. 15. Y luego veo cómo con el lado azul de un lápiz bicolor Stalin quita del libro que Iván mató a un hijo y tacha “un zar terrible”. 16. Lo pone en cambio como ejemplo de progreso, gran estadista que sabía incluso lo importante de vigilar a otros “en la lucha contra la sedición”. 17. Stalin, el historiador.