Cual patriarca, como separando las aguas del Mar Rojo, el presidente (AMLO) también abrió enorme surco en el lago de la Sociedad Civil Organizada (OSC), para impedir que siguieran como enlace e instrumento en la aplicación de fondos públicos de distintos programas gubernamentales federales y estatales. Pagaron justas por simuladoras. Desde julio de 2018 y durante 2019, cientos de OSC fueron cerradas hasta nuevo aviso.
Las universidades públicas estatales (UPES) pasaron una noche de terror, cuando los rectores se enteraron que se les reduciría el presupuesto. AMLO tuvo que enmendar e insistir en que se había comprometido a aumentar el presupuesto para la educación superior. Básicamente se dejaron las cosas como el año anterior, más el pelín de la inflación.
Así que aquello de que todos los jóvenes que quisieran estudiar tendrían un lugar en las universidades, por obra y gracia de la 4T, tendrá que esperar. Tampoco fue menor la presunta omisión acerca de la autonomía universitaria. Horas más tarde el Secretario de Educación salió a dar una explicación sibilina, para intentar aclarar el “involuntario” traspié.
En campaña el candidato, autor de la 4T, anunció que se crearían 100 nuevas universidades durante su primer año de gestión. Las bautizó como Universidades del Bienestar Benito Juárez García. Quedaron distribuidas en 31 entidades; solamente Baja California Sur quedó fuera de esta gracia, al menos hasta ahora. Oaxaca se llevó las palmas con 11 nuevas universidades, aunque muy pequeñas, seguida por la Ciudad de México con 10; Veracruz vio instalar ocho; Chiapas seis y, en la tierra de “El Tata” Cárdenas, Michoacán, abrieron cinco. Los estados de Baja California, Colima, Nayarit, Nuevo León y Querétaro, tuvieron que contentarse con una. En el resto de las entidades, se crearon entre dos y cuatro instituciones de este sui géneris calibre.
En este aspecto de la educación superior, sin duda se reconoce el esfuerzo que implica abrir cien nuevas universidades públicas. Sin embargo, los puntos neurálgicos que a menudo se escamotean tienen que ver con la cobertura, la elegibilidad, la absorción, la continuidad y con la conclusión de los estudios. Detrás de todo ello, son neurálgicas la calidad, así como la pertinencia social de los estudios profesionales. Seguiré…