La riqueza extraída de esos conversatorios sería integrada a la política pública del SEAC, con una doble meta en mente: ser apropiada, observada y evaluada por los participantes de los distintos conversatorios; y generar una red ciudadana -amplia, plural y diversa- que acompañe el proceso de institucionalización del SEAC en el tiempo.
Tercera: Es inaplazable instituir una pedagogía ciudadana impulsada por su principal responsable: el Consejo de Participación Ciudadana. Dicha pedagogía tiene un objetivo puntual: ciudadanizar, en serio, al SEAC. Si los cinco integrantes de dicho Consejo, no asumen su papel pedagógico -con disciplina, humildad y responsabilidad -para nutrir al SEAC con la fuerza e inteligencia colectivo-ciudadana, terminarán por utilizar su puesto para su lucimiento personal, pero no, para robustecer una visión institucional comprometida con Coahuila y su futuro.
Cuarta: Este mismo Consejo debe establecer con claridad las reglas que elegirán al próximo secretario técnico, a partir de un piso mínimo de cinco criterios: (1) hacer pública la matriz, la metodología y la ponderación para evaluar a los candidatos en sus dos fases; expediente y entrevista; (2) publicar los expedientes de los candidatos y su puntaje; (3) hacer públicas las cédulas de evaluación de cada candidato, una vez realizada la entrevista; (4) publicar la ponderación alcanzada por cada candidato entre expediente y entrevista y (5) hacer pública -en redes sociales y medios de comunicación- su deliberación y argumentación para justificar su decisión colegiada de cada uno de los integrantes de la terna final.
Quinta: Finalmente, este Consejo debe impulsar desde el marco de sus atribuciones, el Decálogo para mejorar la designación pública de los integrantes del SEAC promovido por organizaciones ciudadanas de Coahuila y la CDMX y por la red de Consejos de Participación Ciudadana del país.
Coahuila, creo yo, no se merece menos.