1ª opción: Fuera Alito, “a huevo”.
La mañana de ayer, un grupo de militantes del PRI, liderados por Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca, y Nallely Gutiérrez Gijón, presidenta del Colegio Profesional de Derecho, adherente al partido, tomaron las instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en la CDMX para exigir la renuncia de su dirigente nacional, Alejandro "Alito" Moreno.
Entrada la tarde, se armó un zipizape frente a dichas instalaciones en el cual, hombres golpeaban a personas con bates mientras se escuchaban balazos.
Esta es la primera opción de refundación que enfatiza el retorno a un PRI salvaje de los años 50s; en el cual, las deslealtades y traiciones se arreglaban a chingadazos y a balazos de ser necesarios.
2ª opción: Entre la espada y la pared. Sálvese el que pueda.
Con una aplastante derrota a cuestas, Alito y su equipo tienen un reducido y frágil márgen de maniobra ante AMLO.
¿Cómo refundar un PRI, cuando los 70 diputados priistas -con sus asegunes personales- enfrentarán la fuerza del Estado (SAT, UIF y FGR) liderada por AMLO para doblegar su voluntad, obtener la mayoría calificada y modificar la Constitución? Imposible.
El ánimo colectivo es: salvemos nuestro pellejo por separado.
3ª opción: Repensemos el PRI desde una (inexistente) democracia partidista.
Movimiento Líder es una corriente nacional de opinión al interior del PRI que propone:
La inmediata convocatoria a la 23 Asamblea nacional del PRI con carácter refundacional; el relevo de la dirigencia nacional priista; la integración de un observatorio partidista para vigilar el comportamiento adecuado de la fracción priista en la 75 Legislatura del Congreso y la formación de un Frente nacional amplio, plural y democrático por la refundación del PRI.
¿Recuperarían los viejos grupos priistas -desplazados por Alito y su grupo- el ánimo por refundar el PRI a través de esta ruta partidista? Difícil.
El día de ayer, esas 3 opciones se hirvieron en el mismo caldero de ese incierto futuro de lo que resta del PRI.
