Estamos en el cierre de la novena entrada. Desde el montículo, AMLO suelta una recta: “no permitiré la práctica del fracking como método de explotación de yacimientos no convencionales de hidrocarburos en (el norte de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas)”.
Rogelio Montemayor, presidente del Clúster de Energía de Coahuila, abanica el 1er strike: “el contrato que firmó Lewis Energy con Pemex para invertir 617 millones de pesos en Hidalgo, Coahuila, no correría peligro ‘porque el costo de romper (ese) contrato sería altísimo para México’”.
La catcher, Rocío Nahle, próxima Secretaria de Energía, indica a AMLO una bola quebrada. Habla Reyes Flores, coordinador general del Gobierno federal en Coahuila: “Ningún negocio, por rentable que sea, justifica poner en riesgo la sustentabilidad (de Coahuila). La Secretaría de Energía analizará los contratos y las obligaciones, para determinar si están a tiempo de frenarse”.
Montemayor abanica el 2º strike: Empresarios y políticos coahuilenses sudan frío porque se imaginaban mega-millonarios. Alonso Ancira, mandamás del Grupo Acerero del Norte, es uno de ellos.
Nahle decide ir por la bola “de nudillos”. Nervioso, Montemayor mira al dugout. Su coach, el gobernador Miguel Riquelme, le dice con señas, “déjala pasar, mi Roger”: Yo intentaré “convencer a las próximas autoridades federales de respetar (esos) contratos de exploración y extracción (de 117 millones de pies cúbicos de gas Shale) en Coahuila”.
AMLO lanza la impredecible bola; y Roger, al final ex gobernador, le vale madre la indicación de su coach y tira el toletazo: el fracking “no necesariamente implica afectación al medio ambiente”.
¡Tercer strike! Finaliza el juego. Delirantes, aplauden de pie, Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, España, Suiza, Irlanda, Escocia, República Checa, Bulgaria, algunos estados de Estados Unidos, Nueva Zelanda y la República Sudafricana; países en los cuales se ha prohibido la práctica del fracking por su daño irremediable al medio ambiente y las personas.
¡Gana el NO fracking en Coahuila!
