La Dirección del Medio Ambiente Municipal declaró: “la calidad del aire en Torreón fue de ‘regular’ a ‘mala’ los primeros cuatro meses de 2019”.
Pero optimista, su responsable, Felipe Vallejo, pronosticó: “estamos lejos de llegar a las contingencias ambientales de Monterrey o Ciudad de México”.
Por ello, le apostaremos “a realizar una verificación vehicular ‘como se debe’”.
¿Sabrá Felipe que este problema es añejo? Durante 2016, “el 50% de los días monitoreados resultó con niveles que rebasan la norma de contaminación del aire”.
¿Estará enterado Vallejo, qué esta situación viola 2 Derechos Humanos de los torreonenses: el de protección de su salud y el de un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar?
¿Conoce Vallejo, la cantidad de torreonenses con “enfermedad o cáncer pulmonar, inflamación de las vías respiratorias; con problemas asmáticos o enfermedades cardiovasculares y diabetes” derivados de la mala calidad del aire?
Cierto. En Torreón, “el 98% de las emisiones de dióxido de carbono proviene de los automóviles”.
De ahí, que Felipe sugiera realizarles una verificación vehicular “obligatoria”; empero, de acuerdo al IMPLAN: en 2015 sólo se verificaban 10 mil vehículos al año, cuando existe un aproximado de 190 mil en 2019.
¿Podrá Vallejo alcanzar la meta (auto impuesta en 2015) de verificar 20 mil vehículos cada mes? Lo dudo.
Por ello, sugiero generar con expertos locales y organismos medioambientalistas de Torreón un “diagnóstico de las causas que influyen en la calidad del aire en la ciudad; identificar las principales fuentes de emisión de contaminantes del aire y definir medidas y acciones enfocadas en la reducción de emisiones, fortalecimiento institucional, protección a la salud, estrategias de comunicación y educación ambiental”.
Sólo una propuesta ciudadanizada; sistémica y sustentable, asegurará una mejora en la calidad del aire de nuestra ciudad.
Es esa alternativa o la pura e imposible verificación vehicular obligatoria con tintes recaudatorios; para deteriorar aún más nuestra calidad de vida.
