El gobierno es mal administrador.
Por supuesto que el título no es un axioma, porque hay que tolerar la contradicción y conservar la esperanza, pero en mis 50 años de estar en contacto con la función pública, nunca he visto que el gobierno sea un buen administrador. Por eso me asusta que solo el gobierno pueda controlar las vacunas, que son el último hálito de nuestra posibilidad de sobrevivir.
Yo creo que en este tema de la salud hay que hacer a un lado la política centralista del poder y promover un libre comercio donde, con supervisión de la calidad, los estados puedan comprar y se les apoye; la iniciativa privada también y exista un mercado con cierto grado de control de precios, para evitar los abusos, pero permitir la rapidez de esparcimiento de esta oportunidad.
Además, yo sí creo que el Consejo de Salubridad General sirve para algo y que no deben permitirse decisiones influenciadas por la simpatía al hombre del poder; sino que sea totalmente científico el procedimiento, porque la salud no puede estar integrada al manipuleo político electoral.
Descartes: Pienso, luego existo… Por favor, permitan la libertad en la adquisición e implementación del programa y solo supervísenlo, por el amor de Dios.