No sabemos cómo distribuirlas.
El problema de los medicamentos es algo muy serio y yo no sé por qué buenos médicos, como Alcocer, están siendo intoxicados por el discurso del poder, al margen de decir la verdad, pues recientemente afirmó que habían llegado la mitad de aquellos que habían pedido al organismo de Naciones Unidas.
Por todo lo anterior le damos las gracias, pero no podemos quedarnos callados en cuanto a cómo distribuirlos, pues nacionalizaron la industria farmacéutica, con la excusa de que eran muy corruptos, en lugar de correr a los corruptos y dejar lo bueno, y desaparecieron el Seguro Popular, que las distribuía muy bien y todos los niños y adultos con cáncer tenían los medicamentos complejos que se usan para esas enfermedades.
Aunque antes no había tratamiento para el cáncer, la realidad es que ahora muchos pacientes se mejoran con la quimioterapia. O sea, el error de no planear adecuadamente la distribución impacta a toda la medicina, generando muertes innecesarias.
Es comprensible que el Presidente, que no sabe de medicina, tenga ideas y ocurrencias que él cree benefician al pueblo. Pero lo difícil de entender es que los médicos que lo rodean no le digan la verdad, y de nuevo aquí, como en los temas de la pandemia, energía, aeropuertos, petróleo, la ciencia no tiene espacio.
De ahí que los buenos deseos de que los pobres sean menos pobres se está cambiando porque, sin querer, se quiere que todos seamos pobres y conforme a estadísticas, los pobres no solo son más pobres, sino tienen menos atención médica. Y qué bueno que están almacenados los medicamentos, aunque faltan muchos otros; pero qué malo que no sepan cómo hacerlos llegar a la República.
El ejemplo de los niños con cáncer es dramático y trágico, y yo espero y ruego a Dios que haya alguien inteligente, aunque la tozudez no es signo de brillantez, que diga las cosas como son y que el Presidente le haga caso, aunque sea contrario a lo que él piensa. Eso es gobernar: conciliar, vectorizar, tolerar, unir y ceder ante la verdad.
Descartes: Pienso, luego existo… Reitero mi observación de que si nos dicen la verdad, vamos a tratar de ayudar. Pero si no sabemos qué está pasando, nos convertimos en seres diletantes y eso genera nihilismo.
Luis Eugenio Todd