La palabra “lidiar” tiene entre otros significados: luchar, pelear, hacer frente o simplemente tratar con alguien o algo que resulta difícil o molesto y no casualmente comparte su raíz con el verbo “litigar", que en el campo jurídico se aplica a esos mismos afanes. Sea como sea, sabemos que en toda lucha o contienda, para tener posibilidades de éxito es preciso un adiestramiento físico y mental, es decir; “ejercitarse” en el mejor uso de los recursos con que se cuenta.
Y a propósito de ejercitarse, se atribuye a un filósofo que vivió en el siglo IV a. de C. llamado Arístocles, más conocido popularmente como Platón, (por lo amplio de su espalda, quizá como resultado de su afición a la gimnasia y al ejercicio corporal), el haber acuñado la frase: “Hacer filosofía es ejercitarse para la muerte”.
Pues bien, con la venia implícita de tan ilustre pensador, para titular estas líneas me permito aquí reformular esa su profunda frase, con el cambio de una sola palabra, sin más visa que el tener la plena convicción de qué, cuando hablamos de “vida”, implícitamente hablamos de “muerte”, pues como bien sabemos todos, tarde o temprano esta última es parte inevitable de la fantástica experiencia de vivir.
¿Fantástica? sí, porque por más que desde hace 300,000 años los homo sapiens venimos intentando entender y explicarnos la vida, las respuestas suelen extraviarse en el campo de lo fantástico, es decir; lo imaginario, ficticio, absurdo o fantasmagórico. Sobre todo en estos confusos tiempos que nos ha tocado vivir, en los que los “vendedores de felicidad” y otros intangibles, se esmeran por convencernos de que la vida es tan simple y fácil como un día de campo desbordante de juventud, salud y belleza, como el anuncio de algún refresco o cerveza.
Pues en mi ya septuagenaria experiencia, entre las muchas o pocas experiencias maravillosas que podemos vivir y disfrutar, la vida guarda también crisis y momentos difíciles, hasta que llega el más difícil de todos, ese para el que decía Platón, filosofar nos fortalece. Mientras ese momento llega, no nos queda más que lidiar con la vida.