“Espero lograr desarrollar sus habilidades para que sea una gran científica”, dijo con justificado orgullo la madre, lo que me hizo pensar en la importancia de esa forma primaria de educación que recibirá de sus padres y en su seno familiar, con la que la pequeña aprenderá a reconocer y distinguir el valor de “las cosas de la vida”, que hoy apenas va descubriendo.
Luego recibirá otras influencias y estímulos externos con los que aprenderá a contener sus impulsos y temperamento, para así ir construyendo su propia personalidad, en un largo proceso de “mejora continua”, con lo que seguramente, la pequeña llegará a ser ella misma, pensé; un ser humano feliz en el mejor sentido de la palabra, ese, en el que la felicidad no sea otra cosa que vivir plena y en paz consigo misma y con el mundo que le toque vivir, como quiera que éste sea.
Ya en este hilo de pensamientos, vino a mi mente el antiguo mito filosófico de “El Barco de Teseo”, en el que en el año 450 a de C., dos filósofos discutían: ¿si dicha nave era la auténtica?, después de a través de los años haber sido sustituidas todas y cada una de sus partes con el propósito de conservarla.
Y como buenos filósofos, para complicar más el tema, se preguntaban qué: si se reconstruyera otro barco con todas las piezas originales:
¿cuál de los dos sería el barco original del famoso y mítico héroe griego?
Algo parecido sucede con muchas otras cosas, a veces frente a una pirámide observamos que hay pequeñas filas de piedras incrustadas entre la argamasa que une los bloques, lo cual indica que esa parte ha sido reconstruida y entonces sentimos que se pierde algo de la mágica sensación de contemplar el pasado.
Creo que esto también se aplica a los seres humanos y a su desarrollo, lo que hoy somos, no es el bebé, ni el niño, ni el joven que una vez fuimos, ni siquiera a nivel celular podemos decir que seamos la misma unidad biológica.
Pero el diseño del Barco de Teseo, será siempre único, pues no hay dos cosas idénticas.
Y en la identidad y psique (alma) de esa pequeña, estará siempre el diseño de sus padres y su seno familiar.