Esta semana que pasó, recibimos una noticia más en el sentido de la electrificación de los automóviles: la Unión Europea decretó la prohibición a la venta de automóviles nuevos, con motores de combustión interna (diésel, gasolina y gas) a partir del 1 de enero de 2035.
Este primer paso adelanta en cinco años este límite, y se discute en este momento también la reducción adicional de CO2, para todos los vehículos hasta de un 20% para 2025. 2035 pareciera estar muy lejos, pero son solo 13 años para terminar con más de 100 años del uso de una tecnología que, a diferencia de otros países, aún no decidimos cambiar.
A la par de este importante anuncio, encontramos otra nota en Singularity Hub, respecto al prototipo en Chiari, Italia, donde el grupo automotriz Stellantis, en conjunto con muchos de sus diversos proveedores, construyeron un circuito llamado La Arena del Futuro, que incluye un conjunto de bobinas en serie incrustadas en el asfalto, mediante un sistema llamado Transferencia de Energía Inalámbrica Dinámica o DWPT, que permite transferir la energía necesaria para recargar la batería del vehículo, con este en marcha.
Algo similar a lo que hacemos hoy al depositar nuestro teléfono inteligente sobre una superficie que le transmite la carga sin cables.
Este extraordinario prototipo ya probó que un Fiat 500 eléctrico es capaz de transitar a velocidades crucero de una autopista, sin necesidad de detenerse a recargar la pila; en otras palabras, ya estamos ante la posibilidad de manejar sin límites de kilometraje.
Por supuesto, esto implica reconstruir todas nuestras autopistas (o en su caso construir nuevas) implementando los dispositivos necesarios para esta recarga; sin embargo, no estamos hablando de grandes complicaciones, únicamente insertar un pequeño canal de aproximadamente un metro de ancho, en donde van la serie de bobinas que transmiten esa energía, y contar en nuestros automóviles y camiones, con el dispositivo receptor de dicha energía.
Lo maravilloso de esto es que ya estamos viendo en acción a nivel laboratorio, que esto es totalmente factible.
La arena del futuro es un óvalo de 1.05 km en donde se han estado probando vehículos ligeros y camiones eléctricos, y estos, pueden transitar sin detenerse. _