En enero de 2020, Singularity Hub publicó un artículo escrito por la periodista de tecnología Kashmir Hill, y publicado en el New York Times.
Y en este artículo nos presenta el caso de una compañía misteriosa que podría acabar con la poca privacidad que aún tenemos en redes sociales.
El empresario australiano Ton That, un desarrollador de Inteligencia Artificial, inventó una herramienta que puede terminar por acabar con la libertad de caminar por la calle de manera completamente anónima.
Clearview AI, su pequeña compañía, ideó una aplicación de reconocimiento facial innovadora que, apoyada en una base de datos de más de 3 mil millones de imágenes que, según Clearview, fueron extraídas de Facebook, YouTube, Venmo y millones de sitios web más, va mucho más allá de cualquier otra cosa que hayan creado el gobierno estadunidense o los gigantes de Silicon Valley.
Derivado de la viralización de esta herramienta entre las agencias judiciales y policiacas, se generó un gran debate respecto de la legalidad de esta acción, así como de la ética y moralidad de la aplicación.
Tanto agencias federales como policias estatales y locales en Estados Unidos han coincidido en que los resultados del uso de esta herramienta han incrementado substancialmente la resolución de casos criminales, como hurto de tiendas, robo de identidad, fraude con tarjetas de crédito, asesinato y delitos de pornografia y abuso infantil.
Aún así, la controversia sobre la invasión a la privacidad de las personas persiste y se incrementa la discusión ante el hecho de que, así como esta herramienta coadyuva con las autoridades a combatir el crimen, la misma herramienta en las manos equivocadas puede ser sumamente dañina y peligrosa.
No es un secreto que hoy las capacidades de los hackers de vulnerar bases de datos muy seguras (aparentemente) han causado enormes daños, no solo económicos, sino personales, sociales y físicos a millones de personas en el mundo.
El apetito por el uso ilimitado de la Inteligencia Artificial continuará creciendo de forma exponencial, no hay lógica en pensar que será diferente; lo interesante sería ponerse a trabajar intensivamente en la regulación de este tipo de aplicaciones, a fin de que sirvan en efecto para beneficio de toda la humanidad, no para su deterioro.
Este será un tema muy recurrente en los años venideros; lo que sí podemos asegurar es que el crecimiento de esta tecnología no se detendrá. _