hablando de nuevas tecnologías, pensemos un poquito en el papel moneda: este como tal apareció en China alrededor del siglo 7, o sea hace mil 300 años, y a pesar de todo tipo de avances, seguimos hasta hoy usando papel moneda. Imaginemos un mundo sin efectivo; por principio de cuentas fabricar dinero no es barato, y al tener un banco central la facultad única de ser quien lo imprime, siempre correremos el riesgo de que un gobernante con ideas “raras” decida imprimir más billetes para sustentar sus caprichos sin importar las consecuencias inflacionarias.
Todas las transacciones ilegales utilizan dinero en efectivo; en Estados Unidos existe una estadística respecto al hecho que al hacer un análisis al papel moneda (dólares), el 80% de los billetes analizados presentaban rastros de cocaína o algún tipo de enervante.
El efectivo facilita que en muchas de nuestras actividades cotidianas se generen oportunidades de corrupción: ofrecer dinero para evitar una multa de tráfico, o sobornar a alguien para que haga algo que nos favorezca, comprar cosas ilegales, pagar sobreprecios por boletos, evadir la acción de la justicia, evitar cumplir con alguna restricción, comprar drogas, armas, etc.
Utilizar una moneda de cambio electrónica acabaría con muchos vicios y sería un gran disuasivo para mucha de la actividad criminal.
Las dádivas por contratos asignados, las operaciones encubiertas, las extorsiones, secuestros, se verían frenados en automático al no existir una forma simple de recibir un pago por ellas, y forzaría a todos a transparentar cualquier tipo de transacción.
Qué motivación existiría para un ladrón asaltar a mano armada una combi con pasajeros que no llevan efectivo (como se hace diariamente) además de que si se roban artículos personales como joyas, relojes o celulares, no podría venderlos en ningún sitio, ya que nadie pagaría por ellos.
La corrupción como la conocemos estaría condenada a desaparecer al transparentar todas las transacciones y manejo de intercambio de valores.
Suecia ya maneja más del 95% de sus operaciones sin efectivo, y solo casos contados operan aún ambas opciones, y lo único que ha sucedido es una mejor operación, más eficiente, económica y segura de su economía. Una vez más vemos cómo la tecnología nos provee de herramientas para vivir mejor. _
