Política

Las representaciones que nos hacen falta (segunda parte)

Siguiendo con el tema de las representaciones sociales en el cine, tema que es pretexto gracias al debate expansivo que ha tenido la aparición de un beso lésbico.

Como premisa, las relaciones heterosexuales monógamas figuran prioritariamente y hay muchas otras relaciones románticas que no están siendo presentadas cómo parte de historias posibles en las narrativas del cine, pero también de las formas de expresión como la literatura, la música, la pintura y hasta de la investigación científica.

Pero hay otras formas de relaciones no románticas que tampoco tienen representación o que, las que tienen, son deformadas con visiones sesgadas que no reflejan de manera fiel su funcionamiento.

En este tipo de relaciones pueden contarse todas aquellas que se den entre mujeres, por ejemplo, la relación entre madre e hija. En varias de las películas clásicas de Disney que formaron parte de la infancia de varias generaciones este tipo de relación ni siquiera figura, Ariel no tiene una madre y no se habla más que de su parecido a ella, por su parte Bella carece de una vinculación materna; en cambio Cenicienta y Blanca Nieves tienen una madrastra, resultado de una relación de pareja de sus padres con otra mujer. Aunque en estas últimas no se brinden detalles, la representación de las madrastras las muestra como mujeres malvadas. En este caso no sólo se sataniza a la relación hija-madrastra, sino también descalifica de manera velada esta forma de familia donde la pareja se reconstruye con alguien más.

Otra de las relaciones interpersonales importantes en la vida de las mujeres es la amistad y, nuevamente, la misma gama de películas carece de esta representación. Blanca Nieves que es una adolescente tiene vinculación amistosa, pero en fines de utilidad instrumental para labores de cuidado, con siete hombres adultos. Bella entabla conversación con objetos animados cuya relación, cuando son humanas, se reduce a personas empleadas a su servicio, en el mejor de los casos. La historia de Ariel también demuestra que sus amigos son figuras masculinas.

En esta observación, cabe señalar que en la cultura machista y misógina se versa que “el peor enemigo de una mujer es otra mujer” y que “mujeres juntas ni difuntas”. Sin embargo, en la realidad que nos rodea, muchas mujeres entablan relaciones de amistad con otras mujeres que perduran por años y, si bien es probable que haya conflictos, toda relación humana los tiene. Pero sí es necesario señalar la falta de modelos amistosos que sean vistos en la sociocultura y que reproduzcan ejemplos del manejo saludable de una relación.

Finalmente se puede hablar de la relación entre hermanas, donde Cenicienta se puede ver en interacción con hermanastras en el mismo análisis ya mencionado con la madrastra. Ariel, si bien tiene hermanas, su relación con ellas no es cercana e incluso no muestra confianza con ellas.

En las producciones más recientes ya se muestran relaciones interpersonales más diversas como Lilo & Stitch y Frozen con las relaciones entre hermanas; Coco, Encanto, Los Croods y Los Increíbles exploran las relaciones interfamiliares mientras Brave hace lo propio con la relación entre madre e hija. Pero este esfuerzo es de hace pocos años en comparación con la historia de la animación, así que aún hay mucho de las interacciones humanas que las películas pueden explorar para que todas las formas de familias y de relaciones tengan representación visible.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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