La conversación efervescente en redes sociales ha sido el polémico beso lésbico en la película animada Lightyear de Disney-Pixar que históricamente se coloca como el primero de su tipo dando representación a la comunidad LGBTI+ y que, de hecho, ya superó una huelga del personal de la compañía para ser presentado a público sin censura. También ha servido de pretexto para hablar de las representaciones en el cine.
La principal queja del beso en Lightyear proviene de quienes pretenden que siga predominando la representación de las relaciones románticas y de pareja de manera heterosexual, tal como ha sucedido por décadas en la historia, no sólo del cine, sino también de la literatura, las artes plásticas e, incluso, en la investigación en las ciencias sociales, donde la gran mayoría de estudios de investigación giran en torno a las relaciones de parejas sexoafectivas monógamas y heterosexuales. Hasta este año, el matrimonio civil no heterosexual es legal en 27 de los 32 estados del país. Aún así, hay gran parte de la población mexicana escandalizada por un beso entre dos mujeres.
Las representaciones sociales pueden entenderse como herramientas que permiten visualizar la realidad a través de un instrumento simbólico. Éstas pueden estar apegadas a lo que buscan presentar o verse distorsionadas, de esa manera pueden fortalecer prejuicios existentes o fungir como modelos. De esa manera influyen en la construcción de la sociedad, su funcionamiento y hasta de cómo, cuándo y con quién se relacionan las personas que la conforman.
En el mundo contemporáneo, negar la existencia y visibilidad de otras formas de relaciones interpersonales que no sean la de una pareja heterosexual, no solamente es discriminatorio, también es injusto y disfuncional porque toda progresión de derechos avanza al reconocimiento de las libertades. De acuerdo con la consultora Ipsos, quien realizó una encuesta en nuestro país el año pasado, el 11 % de la población se asume como lesbiana, gay o bisexual; seguramente ante el estigma social, hay quienes no pueden reconocerse como tal en público.
Todas las formas de vivir la sexualidad humana merecen ser validadas y liberadas del closet que las esconde, por eso es importante que se vean reflejadas en el discurso cinematográfico.
La población mexicana disfrutó verse reflejada en los personajes y narrativa de la película Coco que salió en cines en 2017, la comunidad latinoamericana y colombiana tuvo lo suyo a través de Encanto de 2021, ambas del género de la animación, mismo al que pertenece Lightyear.
En recuento, existen muchas representaciones que sólo muestran a una parte de la población, pero hay otra parte que no esta siendo presentada. Esto impide la identificación de sus realidades en las narraciones públicas, y fortalece también el clima de discriminación e inseguridad que les impide la libertad personal y social. Ese es el verdadero problema de todo esto, que el terror a un beso esconde detrás la discriminación.
Lol Canul
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