La plataforma visible.lgbt dedicada a la recepción y atención de denuncias a la comunidad de la diversidad sexual indicó recientemente que en Hidalgo se han registrado diez señalamientos de alguna forma de violencia.
Partiendo de que la violencia es un fenómeno normalizado, que no debería suceder y que con la promoción y el trabajo en derechos humanos aspiramos a una sociedad libre de todas sus formas, diez denuncias se convierten en demasiadas, una sola no tendría que ser tolerada.
Ya es suficientemente triste registrar una decena, pero más lo es hablar de la llamada “cifra negra” que refiere a los datos que no son reflejados en los números oficiales e institucionales. Es decir, que existen situaciones de abuso, acoso, discriminación y agresión que no son denunciados por las vías formales aunque conservan la misma gravedad.
Una denuncia es en sí una declaración de un daño recibido. En una sociedad y cultura que tiene condiciones para que la violencia exista, también deben existir mecanismos para su atención, reducción y erradicación. Sin embargo, una consecuencia esperable es que la misma sociedad, en sus formas de reproducción de la violencia, tenga aunadas condiciones para disuadir de la denuncia a las víctimas de violencia.
Es difícil calcular la cifra negra puesto que se ve conectada con múltiples factores sociales, económicos, culturales, políticos y económicos. Pero una manera indirecta de brindar luz a las víctimas que no han acudido a las vías jurídicas, es contrarrestar la impunidad que existe con quienes ya denunciaron a través de la impartición de justicia.
Con esto quiero decir que seguramente no han sido sólo diez víctimas de estas formas de violencia y que hay otras víctimas ocultas que deben ser atendidas. Quienes ya denunciaron necesitan resoluciones, quienes aún no lo han hecho necesitan certezas de debida actuación.
Twitter: @lolcanul