Porque te has ido amigo mío, me es dulce esperar tu retorno y viajo imaginariamente hasta encontrarte en mi memoria.
Conmigo regresaron muchos de ustedes a esta tierra nuestra y más tarde que temprano decidieron que el desierto que añoraban tanto, ya no era el sitio indicado para asentarse nuevamente aquí y se marcharon.
Así como de rayo e inmediatamente, se dieron media vuelta y se me fueron…volaron.Y vino el otro equipo y lo armamos y luego se marcharon, se fueron e hicieron su vida en otro sitio y ya no regresaron.
Y vinieron los otros y de nuevo dimos vuelta al ruedo girando en redondel y paulatinamente, todos a una como en fuente ovejuna se fueron yendo a buscar el valle.Y nuevamente se han ido yendo otros y yo me pregunto.
¿Pero qué es lo que tiene esta tierra nuestra que hace que la gente escape y huya?¿Qué es lo que tiene? ¿Qué es lo que no permite que la gente eche raíces en ella y florezca?Tal vez sea que el desierto es un paisaje muy hermoso y muy agreste a la vez y edificar una vida no resulta fácil.
Y sí, no nos es sencillo no resulta así.Algunos, los menos nos hemos jugado el reto de seguir aquí de hacer la vida y caminar entre cardos y espinas de escalar montañas cuesta arriba y de no frenar la marcha, para no desfallecer, para no morir en el intento.
