Cultura

Cantos a Tampico

  • Taller Sie7e
  • Cantos a Tampico
  • Laura Olivia Hernández

¿Cuál melodía mueve tus recuerdos? Sabemos por Valle-Inclán que las cosas no son como suceden sino cómo las recordamos. En las historias de cada familia o personales hay momentos de alegrías y de tristeza, igual que una hoja, un día es verde intenso, después ocre y al final humus.

Me gusta recorrer las calles del puerto, escuchar la voz de mi madre y sus remembranzas, pueblan la memoria con ojos amorosos del lugar donde nos tocó nacer, aunque nuestros abuelos vinieran de otros lares, aquí están enterrados y hoy son polvo porteño.

Y el viento mece palabras, mezcla el azul del cielo con las flores rosas que estallan en muchos árboles como una oración, el padre Carlos González Salas escribe una plegaria por Tampico:

“Señor, Señor que no se pierda mi ciudad en Tu memoria, sentado Tú allá desde donde las cosas se ven como juguetes. Tú la viste desde el filo de la niebla en las nieblas del tiempo en una loma pelada y desértica que apenas nace, muere en el Chairel.”

Los ojos de los niños viven en el paraíso, desde la mirada poética de Juan Jesús Aguilar vuelan las imágenes de una infancia:

“Desde la curva del río se divisan las chimeneas industriales de La Isleta Pérez. En el paseo de la niñez aquella, los chacuacos, inextinguibles habanos de Gulliver clavados en los tejados de casa liliputienses, y su tizón que mira al cielo humeante siempre, siempre. Litorales de países desconocidos, Cartografía de salitre y humedad sobre las paredes de las casas.”

Isaura Calderón va al origen, a la fibra primigenia: No sé qué tienes, no sé / cuál telúrico misterio, qué cordón umbilical / atrae tus hijos dispersos/ que vuelven de donde sea / ardiendo de amor, ardiendo/ a desandar tus caminos / y a devolverte tus huesos. Tierra de sol y de luna, / novia del viento y del agua, dame tu fuego entrañable/ para encender mi palabra.

Ser Tampico, como un caracol que resguarda el sonido del mar, la nostalgia de una vida y los versos de un poeta, Ser Tampico de Benito Gámez: Fuego que arde al borde de un abismo/ semejante al océano, al infinito / al tiempo sin medida donde tú transcurres/ Médula estricta y exacta de Tampico.

Después de un concierto inolvidable del tenor Fernando de la Mora, festejando al puerto, leer a nuestros poetas también es celebrar. Carpe diem.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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