La corrupción es un problema que ha acompañado a nuestro país de forma insistente y una de las formas a través de las cuales se manifiesta es el abuso de poder. Es necesario que las autoridades estén dispuestas a abusar de sus facultades para que se puedan operar exitosamente los actos corruptos, en el mismo sentido, la existencia de un alto nivel de corrupción dentro de los sistemas de auditorías, denuncias y procesos judiciales propicia una falta de consecuencias. Así pues, la corrupción y el abuso de autoridad se encuentran en una interacción donde cada uno es la causa y la consecuencia de la otra, como un círculo vicioso en espiral infinito.
La impunidad se puede considerar como principal aliada de la corrupción y el abuso de poder, muchas autoridades que detentan algún poder, al ser conscientes de las debilidades del sistema judicial, se ven motivadas a actuar abusando de sus atribuciones sin temor a la existencia de sanciones en su contra. Uno de los motivos por los que los funcionarios tienden a abusar de su autoridad es la seguridad de que solamente el 2% de los delitos de corrupción se castigan.
Hemos presenciado que a la Ley “se le puede interpretar como sea para decir que dice lo que tiene que decir,” con tal de cubrir los abusos de autoridad. Hemos visto como con cinismo se amenaza a los juzgadores con tremenda frase como lo fue “No me vengan con que la ley es la ley” siendo esto la manifestación expresa más abrupta de falta de respeto a la Constitución.
Son los ciudadanos organizados quienes pueden constituir verdaderos contrapesos que no estén dispuestos a simular, que no convaliden las actuaciones abusivas de la autoridades, que señalen todas las irregularidades que se detecten. Definitivamente involucrar a los ciudadanos no es tarea sencilla, existe un gran grado de desafección, producto de demasiado tiempo haciendo creer que nada es cambiable, que así nos tocó vivir y que no nos queda más que resignarnos, pensando que la corrupción es un problema cultural o que es tarea del gobierno erradicarla barriendo las escaleras de arriba para abajo. Estos pensamientos deben ser modificados, creando consciencia ciudadana, involucramiento directo, generando espacios de co creación, capacitando a través de pedagogía social para que a todos los ciudadanos nos interese lo que está pasando con el gobierno y entendamos como son los procesos, pudiendo detectar en forma clara cuando se presenta un abuso de autoridad, sintiendo el deber ciudadano de presentar la denuncia correspondiente, y sabiendo dónde y cómo hacerlo.
Mientras sigamos esperando que la corrección venga el gobierno y que la misma autoridad se limite en sus abusos de autoridad Será muy difícil que veamos el cambio que nos lleve a una verdadera solución. El verdadero contrapeso del abuso del poder está en la ciudadanía, no hay fórmulas mágicas, hay necesidades urgentes y para México la coordinación social ciudadana para poner un freno a los abusos de autoridad es sin lugar a dudas una necesidad apremiante
Katya Morales Prado
@Kmoralesprado1