Opinión
Julio Hubard
Julio Hubard
  • Emulsiones de Vasconcelos

    José Vasconcelos, funcionario público y filósofo mexicano. (Wikimedia Commons)
    Figuras como Octavio Paz, Andrés Henestrosa y Enrique Krauze coinciden: el primer Secretario de Educación Pública era una gran conversador.
  • Refugio para el desamparo

    Retrato de San Agustín, por el pintor español Claudio Coello. (Shutterstock)
    El recuerdo no es tan fiel como quisiéramos. Nuestra existencia ocurre únicamente en el aquí.
  • Entre cadenas y el “trágala”

    Los desastres de la guerra, plate No. 5, de Goya. (Wikimedia Commons)
    ¿Por qué hay gente que no sólo obedece, sino que desea obedecer?
  • Ni dulce ni honroso

    El poeta Wilfred Owen, quien murió una semana antes del fin de la Gran Guerra, reprobó la frase latina. (Especial)
    El pacifismo, antes sinónimo de cobardía, renació en la primera mitad del siglo XX como respuesta digna y sensata ante la barbarie.
  • Lo que vamos a ver

    Thomas Hobbes, 1588-1679. (Retrato de John Michael Wright, Wikimedia Commons)
    El objetivo del poderoso no es el resultado sino dar órdenes; no es mejorar esto o aquello sino decretar la transformación de la realidad.
  • Bolívar en prosa

    Simón Bolívar, retrato al óleo de Ricardo Acevedo Bernal. (Wikimedia Commons)
    La palabra puede liberar u oprimir más que las armas.
  • Ciudad y pueblo, sinónimos divergentes

    Marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral. (Foto: Ariel Ojeda | MILENIO)
    En tiempos normales, éstas serían dos palabras casi equivalentes. Pero los que corren no son tiempos normales.
  • La ablación de la ciudadanía

    'La batalla de Salamina', óleo sobre tela pintado en 1868 por Wilhelm von Kaulbach. (Wikimedia Commons)
    Una ciudadanía dividida e incapaz de frenar los golpes que sobrevienen es resultado de una política caótica e inútil. Por eso, la tiranía no sólo significa el poder de uno.
  • Tren del progreso

    Proyección del Tren Maya. (Alstom)
    El transporte sobre vías solamente le ha funcionado bien a los dictadores que duran décadas. Los gobiernos de paso dejan un desastre.