Algunos grupos empresariales ven al gobierno de la 4T como una amenaza a sus intereses, esto derivado de lo dicho por el Sistema de Administración Tributaria, el SAT, en relación a que tiene identificadas tanto la evasión como la elusión de impuestos por la friolera de un billón 400 mil millones de pesos -más lo que se acumule- y que este tipo de conductas las realizan principalmente los grandes contribuyentes, es decir, los grupos más poderosos.
Raquel Buenrostro, titular del SAT, detalló que no es necesaria una reforma fiscal, lo que hay que hacer es cobrar los impuestos correctamente y señaló que esta evasión se da sobre todo en las actividades financieras, desde banca múltiple comercial, casas de bolsa, sociedades de inversión de capitales, mineras productoras de metales preciosos como oro, plata y otros como cobre y níquel; en las farmacéuticas y en la fabricación de cosméticos y perfumes, y en el ensamble de automóviles, entre otras. Es mediante una enorme maraña de intereses donde se coluden los grupos económicos con las autoridades fiscales.
Por ejemplo, en 2019 la banca comercial pagó de ISR 5.33%, las casas de bolsa, 4.34%; las minas de oro, 5.51%; el ensamble de automóviles, 1.39%; las farmacéuticas, 4.4%, mientras las personas físicas y los trabajadores pagan 35% de impuestos.
Este enorme boquete fiscal representa como 20% del gasto público y se critica a México en la OCDE porque no recauda suficientes impuestos. La solución en el pasado ha sido subírselos a los que sí pagan, es el caso del IVA y el IEPS, y el endeudar a Pemex y al país, como parches para cubrir la evasión fiscal.
Parece que de ahí viene la prisa por quitarle la mayoría calificada a Morena en la Cámara de Diputados, pero como este asunto de utilizar partidos políticos ajenos no les dio resultados, ahora se plantea por Coparmex un partido político propio y no uno de alquiler.
El Presidente López Obrador ya había planteado este asunto de la evasión y elusión fiscal como una forma de corrupción entre autoridades fiscales y grandes causantes, pero lo importante es que ahora a esto se le pone nombre y apellido. Sin duda el gobierno debe hacer cuanto esté a su alcance para desenmarañar este pernicioso entramado utilizado para defraudar al fisco y así recuperar estos cuantiosos recursos. Este dinero permitiría un alivio de las finanzas públicas para apuntalar la política social del gobierno y las obras de infraestructura, debiéndose tomar medidas para que estas conductas no se realicen en el futuro.
Julio C. Vega Olivares
